Un héroe malaguista que superó sus problemas psicológicos gracias a La Rosaleda

La leyenda malaguista, Carlos Alejandro Sierra Fumero, más conocido como Sandro, ha vuelto a hablar maravillas sobre el Málaga CF. El centrocampista de Las Galletas ha mostrado su cara más sincera en una entrevista en Relevo con el periodista Sergio Gómez. El tinerfeño ha hablado sobre su infinito amor por el club blanquiazul, los problemas mentales previos a su llegada a Martiricos, su etapa en los despachos, etc. Un héroe malaguista que superó sus problemas psicológicos gracias a La Rosaleda.

En primer lugar, Sandro se abrió a contar su etapa más dura en el aspecto mental, algo que le llevó a dejar el Real Madrid: «En la 1995/96 comencé con el primer equipo. Sin embargo, cuando llegó Giráldez, uno de los ayudantes de Valdano me dice que tengo que ir a entrenar con el Castilla, que esa semana no juego con el primer equipo. Ahí empecé a no saber qué pasaba. Psicológicamente, fue duro, me costó».

Sandro cuenta que hubiese necesitado ayuda psicológica, pero no acudió a ella y que recalar en el Málaga le sirvió para paliar estos problemas: «En aquel momento se empezaba a oír lo de la figura del psicólogo deportivo, pero no estaba tan metido. Yo lo hablo con mi hermano Tote, y con gente del fútbol: en aquel momento, por supuesto, hubiese necesitado ayuda de un psicólogo. Antes te la tenías que comer tú y la tenías que soltar. Eso también te hace más fuerte. Pero el chico que no podía superarlo se lo tenía que comer, no llegas. Creo que si he tenido una virtud es la de ser fuerte psicológicamente, pero aquella situación me sobrepasó. Realmente empecé a ser yo mismo cuando nadie me quería y empecé a jugar en Málaga en Segunda B. Ahí sentí el cariño de la gente«.

«Cuando recibo la oferta del Málaga, que estaba también en Segunda B, Vicente del Bosque me dice: ‘¿Qué vas a hacer?’. Me daban dos años y medio de contrato y yo necesitaba salir de Madrid, de esa burbuja madridista en la Ciudad Deportiva. Le respondí: ‘Me voy a Málaga’. Y fue llegar y sentirme futbolista«, declara el mediocentro sobre cómo se gestó su llegada a Martiricos.

«Fue como sentirme en mi pueblo. Es un sitio costero, de playa… Yo llego a finales de diciembre y un año y medio después volví a estar en Primera División. Catanha, Dely Valdés, Movilla, Basti, Roteta… Se fue dando todo, fuimos ganando, encadenando ascensos y tocamos la cima. Con Joaquín Peiró, que sabía torearme. Mira que el Madrid me dio todo como persona y futbolista, ahí me hice, pero como mi Málaga no hay nada. Es otro mundo y otro sentimiento. No es comparable y no me gusta comparar. Málaga es mi casa«, decía Sandro.

Sin embargo, no toda la etapa en Málaga del de Tenerife fue de color de rosa: «El equipo se clasifica para la UEFA y encima llegamos a cuartos y perdemos en penaltis contra el Boavista. ¿Qué pasó? Que no nos querían pagar nada de lo pactado. Decían que no tenían dinero y no iban a pagar. Antes no se firmaba nada porque con Puche era de palabra y ya estaba. Nosotros ni peleábamos. Con la mano era suficiente. Pero con estos dos… Faltaron a la palabra y nos dejaron tirados», decía Sandro sobre los exdirigentes del club Antonio Mendoza y Serafín Roldán. «Hubo discusiones, claro. A uno de los que querían renovar era a mí, lo sabía. Pero evidentemente después de lo que se armó en el vestuario sabía que no iba a seguir en el Málaga. Y después de todas las ofertas que tuve me decidí por el Levante».

Finalemente, Sandro volvió al Málaga unas temporadas después para acabar retirándose como futbolista profesional en La Rosaleda: «Fernando Sanz me llamó. Él había dejado el fútbol y comprado el Málaga. Me dijo que fuera haciendo las maletas porque me iba allí otra vez. No supe qué responder de la emoción que tenía. Me quedaban dos años de contrato en el Levante, pero soñaba con retirarme en el Málaga».

Aunque la etapa de Sandro en el Málaga no iba a terminar ahí. «Fernando Sanz sabía que me gustaba la dirección deportiva. Somos amigos de toda la vida y siempre hablamos de eso. Y llegó el momento. Subimos a Primera con Muñiz y me voy de viaje. Muñiz no sigue y la conversación con Fernando es: ‘Enano, te llamo para saber si continúas de futbolista o vas a la dirección deportiva’. Yo ya tenía en mente no seguir. Fue muy bien. Era justo lo que quería y lo que pensaba que había. Estuve dos años con Fernando y medio con los jeques. Y ahí fue ya… Pues lo que es ahora el club. Llegó mucha gente con otro talante económico y demás. Y me di cuenta de que me tenía que volver a Tenerife ya. Si hubiese seguido Fernando, seguramente hubiese estado toda la vida en el Málaga, haciendo una cosa u otra. Pero ahí dije que era el momento de regresar a casa». 

Sandro volvió al templo malaguista el pasado 24 de mayo con motivo del partido de Leyendas que organizó la entidad para homenajear el 120 aniversario del fútbol en Málaga. Sandro atendió al micrófono rojo de esta casa con signos más que evidentes de emoción y alegría: «Es un placer volver a la que ha sido mi casa muchos años, el club de mis amores. Quiero hacer cosas que mi cuerpo ya no me da. Han pasado muchos años, pero sigue habiendo el mismo aprecio. Fueron años maravillosos, la época de segunda y primera, fue un placer. Cuando volví ya era más veterano, pero me retiré en mi casa, que era lo que quería. Ya seguro que no juego más al fútbol». Sandro Sierra, ese héroe malaguista que superó sus problemas psicológicos gracias a La Rosaleda.