El Girona llegará espabilado a La Rosaleda. El cuadro catalán consiguió poner fin a su mal inicio tras el confinamiento ganando a un rival directo de los malaguistas por la permanencia. Los tres puntos conseguidos por el equipo que dirige Martí le han servido para recuperar la comba en la lucha por alcanza un buen puesto en los play-off de ascenso a Primera. La desescalada no estaba siendo acelerada para los rojiblancos que no habían sido capaces de anotar un gol en sus tres primeras citas. Empates a cero con Las Palmas y Racing, además de una derrota contra el Elche, rival crucial por los puestos altos.
La mala noticia para los blanquiazules tiene nombre y apellidos. Christian Stuani. El delantero uruguayo se reencontró con el gol frente a los sorianos y sigue dominando con mano de hierro la tabla de pichichis. Sus veinticuatro dianas mantienen con vida a un Girona que ya sabe lo que es ganarle al Málaga este curso. Fue en la jornada tres, cuando precisamente su delantero talismán anotaba su primer gol de la campaña al por entonces equipo de Víctor Sánchez del Amo.
Otro de los problemas malaguista es su historial con el Girona. Tres partidos en los últimos años y cero goles a favor. Sería anécdota de no ser porque los andaluces tienen un serio problema con el gol. El Málaga solo ha conseguido dos en 360 minutos y uno de ellos desde los once metros. Por lo menos Pellicer podrá seguir contando con Sadiku. Su delantero más en forma, lleva la mitad de goles que Stuani, sigue conviviendo con la quinta amarilla alrededor de su cabeza. Una semana más podrá jugar y seguir siendo la punta de lanza de un equipo muy necesitado de victorias. Mala semana para jugar contra un espabilado Girona.
