Las comparaciones son odiosas, y una vez más así lo refleja la tabla clasificatoria. Si bien el Málaga lucha por alejarse del descenso, la Ponferradina lo hace por no salir de los puestos de playoff de ascenso, llegando 5ª a la cita. Un gigante con dudas visita La Rosaleda tras los últimos resultados cosechados en la competición.
La regularidad es total si se analizan sus encuentros más recientes. En esos 6 partidos previos a la llegada a Martiricos, los de Bolo han cosechado el mismo número de victorias, derrotas y empates. Para ser más exactos, han sido todos en rachas consecutivas.
En primer lugar encontramos las dos derrotas seguidas. Las jornadas 25 y 26 dejaron escenarios muy adversos para el equipo de El Bierzo. Un varapalo por 1-2 en casa frente a un rival directo como el Tenerife y una debacle en Montilivi con un 3-0 en contra. Tras ello, una racha totalmente diferente. Dos victorias llegaron de la mano en las jornadas posteriores, imponiéndose por 3-2 frente al Sanse y por 2-3 ante el Sporting.
Las últimas referencias que llegan son, sin embargo, algo dudosas. Los últimos dos partidos son empates ante equipos que sobre el papel no deberían suponer tanto problema. El primero, un 2-2 ante el Alcorcón en San Francisco; el segundo, un 1-1 en casa ante el Ibiza.
Un equipo que, a pesar de contar con uno de los delanteros más destacados de la categoría -Yuri con 39 años sigue haciendo auténticas maravillas y ya alcanza 11 goles en la competición- y tener una de las plantillas más completas, no termina de cuajar una racha positiva clara para asentarse en los puestos altos del playoff. Un gigante con dudas visita La Rosaleda, lo que convierte la cita en una oportunidad de oro para el Málaga CF.