El verano está a la vuelta de la esquina, y el Málaga CF lo sabe. También sus protagonistas, quienes ya comienzan a darle vueltas a lo que será la planificación de la temporada 22/23. Con decisiones por tomar, Pablo Guede se postula como un entrenador que solo quiere serlo.
Esta misma mañana se produjo la rueda de prensa previa al encuentro que cierra el curso. En ella, era casi de imperiosa obligatoriedad lanzar preguntas que tuvieran que ver con un futuro inmediato para el club de Martiricos. Una de ellas fue sobre la planificación que, junto a Manolo Gaspar, pudiera realizar el argentino de cara a la contienda próxima.
«Yo hablo del camino y la idea futbolística que queremos seguir: un extremo rápido, alguien que remate de cabeza, etc. Hablaré del perfil de futbolista que quiero. No quiero tomar fuerza de nada. Soy entrenador, que significa que entreno lo que ponga el club. No trazo nada ni hablo nada de eso. Me voy a adaptar a lo que el club pueda para que podamos cumplir todos los objetivos. Repito: no voy a pedir a ningún futbolista», sentenció.
A diferencia de la campaña estival pasada, y desmarcándose de otros entrenadores que han pasado por la disciplina blanquiazul, el bonaerense tiene claro que no va a pedir ni exigir nada a Manolo Gaspar. Tan solo comentará el perfil que necesita para desarrollar su modelo de juego, pero se adaptará para cumplir con las posibilidades que le ofrezca el club. No tendrá ese rol de míster que impone sus demandas, por lo que en el tablero del verano se plantea distinto a otros de los vividos en la Costa del Sol.
En definitiva, Pablo Guede es una excepción. El próximo verano, el Málaga por fin contará con un entrenador que solo quiere serlo, sin inmiscuirse en tareas de la dirección deportiva. Él mismo lo confirma: «no vine a pedir nada al club, vine a dárselo todo».