Dice el refrán popular que entrenador nuevo, victoria segura. No pudo empezar con este tópico Pepe Mel con el Málaga CF. Guede en su momento llegó de apagafuegos el curso pasado, ahora el madrileño como bombero, pero ahora mismo no es capaz de sofocar el incendio. Le faltan herramientas y tampoco encuentra la fórmula. El técnico no es capaz de frenar la hemorragia. Ha pasado más de un mes y el efecto del nuevo técnico se evapora.
Por primera vez su discurso se empañó de tintes negativos o de realismo, según se quiera ver. Pepe Mel fue claro. «Con esto no nos da» y las matemáticas no dan lugar a la confusión. Solo dos victorias. Seis puntos de 21 posibles. El efecto se evapora y la preocupación crece.
Se avecinan dos partidos en cuestión de días. Una prueba de fuego que incluso puede complicar la continuidad de un técnico al que los resultados no le llegan. La desastrosa crisis deportiva parece no tener fin. En este sentido Pepe Mel asumía con autocrítica, y a la vez lanzaba un dardo a Manolo Gaspar, que es él quien debe buscar soluciones y herramientas. Ha usado varios sistemas, planes de partido, pero no hay triunfo. Se ve un Málaga más ordenado y poco más. «Tengo que usar la plantilla que hay. A lo mejor tenemos que cambiar las formas o jugar a otra cosa«, comentó al respecto.
Mientras las victorias no lleguen, el discurso de Pepe Mel queda vacío. El madrileño está superado y por primera vez se le ve muy tocado. «A mí se me acaba el discurso. Venir y decir que hemos merecido más otra vez… Pues la gente no te cree«, dijo tras la derrota ante el Eibar.
El foco también está puesto en el rendimiento general de una plantilla que anda a años luz al mínimo exigido. Del primero al último. Después de 13 jornadas, los blanquiazules suman nueve puntos. Una hoja de ruta que no transmite buenas sensaciones y cuyos números son indecentes.
Sin los jugadores los que tienen que tomar compromiso,responsabilidad y darlo todo en cada partido. Sin ellos los únicos responsables de tantos fallos y errores en pases, pérdida de balones, malos centros y nulos remates a portería. Hay que entrenar e insistir sin desfallecer.