Turbulencias en La Rosaleda tras el mazazo

La dura derrota ante el Ibiza marca un antes y un después en el proyecto deportivo del Málaga CF. No solo la figura de José Alberto queda en el alambre sino que en el terreno de juego quedaron retratados algunos integrantes de la actual plantilla elaborada por Manolo Gaspar. Tras el mazazo, las turbulencias llegan a las oficinas de La Rosaleda a poco más de una semana del cierre de mercado. La afición se muestra hastiada y resignada. Pese a que la Cueva tiene clara la hoja de ruta clara, anoche Martiricos gritó un ‘Manolo échalo’.

Es innegable que la crisis deportiva del Málaga CF se ha visto agudizada después de la debacle ante el equipo de Paco Jémez. En otras circunstancias, José Alberto ya no sería entrenador del Málaga, pero la dirección deportiva, ni nadie, presuponía este bochornoso resultado de 0-5. El plan B en el banquillo empieza a activarse. Tal y como saber este medio, el asturiano arrancará la semana y se prevé que esté presente en Miranda de Ebro. Lugar que puede ser el punto de no retorno para José Alberto. Su origen y su destino final. Un escenario no definitivo y que podría cambiar en cualquier momento.

La forma en la que llegó la derrota hizo estallar por los aires el pequeño hilo que mantenía unido la afición con José Alberto. Hay ligeras esperanzas con el mercado invernal, es cierto que no ha terminado la ventana, pero la racha de un solo punto de doce y la falta de soluciones en el terreno de juego, enrarecen el ambiente. Le toca al club dar una marcha más y pasar de contemplar a acelerar en las operaciones para evitar el hundimiento de un equipo, visto lo de ayer, fantasmagórico.

El Málaga se resquebraja línea por línea

Pese a que la dirección deportiva no busca portero, el nivel de Dani Martín en las últimas citas es paupérrimo. Solo la parada de Alcorcón en su bagaje. En el resto de actuaciones, el asturiano destila sensación de endeblez y de nerviosismo. José Alberto cierra filas en que es mejor que Dani Barrio, pero la portería pide cambio siempre que nos aferremos al concepto de rendimiento esgrimido por el propio míster blanquiazul.

La necesidad de un tercer central es evidente. La recuperación de Juande era y es un cierto alivio, pero ni Peybernes ni Lombán están para acompañar al cordobés. El francés es una de las grandes decepciones de la temporada. Su involución es preocupante. Errores que cuestan goles y el Málaga no está para regalar. Por desgracia ya es el cuarto peor equipo de la categoría con 35 dianas en contra.

No es excusa pero la falta de Escassi, Genaro y Luis Muñoz, dejan debilitado el pivote defensivo blanquiazul. Con Febas y Ramón, el equipo sufrió cuando no tenía la pelota. El foco en ese déficit es notorio, por lo que urge refuerzo en la zona.

En la parcela ofensiva más de lo mismo. Roberto es el delantero que más alma, coraje y fe la pone a este Málaga. Es titular por total merecimiento, pero su puntería anda oxidada. Con Chavarría en el dique soco, los focos recaen en un Sekou que no arranca. La apuesta del club es mayúscula en el delantero de Granollers y su rendimiento es cuanto menos decepcionante. Alrededor de estos ‘9’ también orbitan jugadores con un rendimiento irregular y con dientes de sierra. Futbolistas como Brandon, pese a ser el pichichi, es un claro ejemplo de ello.

Por desgracia, las turbulencias tras el mazazo liguero han hecho temblar a muchos protagonistas en La Rosaleda. Incluso a Manolo Gaspar que tiene en sus manos las riendas del proyecto que para la afición camina sobre la cuerda floja cual número de un funambulista. Un proyecto a tiempo de ser reconducido, pero que ha sufrido la mayor de las crisis deportivas desde que es el máximo responsable de la parcela.