Pablo Guede quería pegamento para su cuerpo técnico y su vestuario. Por eso, cuando surgió la posibilidad de firmar a alguien como Tapia, Guede ni dudó. Una figura de asistente, no tendrá una función principal, que aumente la experiencia y calidad del grupo que dirige el vestuario malaguista. Antonio Tapia es el nexo perfecto que Guede buscaba. Una persona malaguista que ha hecho de todo prácticamente en el club boquerón y que ahora, con su experiencia y veteranía, apuntala un cuerpo técnico que todavía sufrirá más retoques este curso. Además, Guede y Tapia tienen una relación que va más allá de lo deportivo, como se puede comprobar siguiendo el historial de ambos.
El míster y el profe cruzaron sus caminos por primer vez cuando Tapia era preparador físico del club malacitano. Correcto, se trata de la temporada 97-98. El Málaga CF ascendió a Segunda con un hat-trick de Guede y Antonio Tapia celebró junto a Ismael Díaz. El de Baena se marchó un tiempo del club. Precisamente en esos años, Tapia hizo historia con el Polideportivo Ejido, al que llevó de Tercera a Segunda, precisamente con Guede en su plantilla. Un logro que luego Tapia repetiría con el filial del Málaga y un grupo de jugadores que a día de hoy todavía se cuadran en su presencia.
La historia de Antonio Tapia es por todos consabida. Preparador físico, segundo entrenador, entrenador, asesor deportivo, director de la cantera. Guede ha fichado para su cuerpo técnico a un todoterreno capaz de dirigir una sesión física como la de este lunes o de hacer de analista del rival de la primera jornada. Guede firma un pegamento con Tapia en un año que no se puede parecer al pasado. Antonio Tapia sentía que aún tenía mucho fútbol dentro y es por eso que no se pensó dos veces la propuesta de su Málaga CF.