El trabajo bien hecho siempre tiene recompensa. La tuvo el pasado sábado Pellicer. El Málaga CF renovó al técnico por una temporada más, ya que su contrato finalizaba esta misma campaña. Los resultados positivos, la línea ascendente del equipo y el ambiente del vestuario propiciado por el trato del cuerpo técnico tuvo como resultado la prolongación del vínculo un año más. Merecido cuanto menos.
Pero si existe una profesión voratil y que puede cambiar drásticamente su situación de la nocha a la mañana es la de entrenador. Los resultados son los que marcan la continuidad del dirigente, aunque estos han sonreído en la mayoría de las ocasiones. Con el reinicio de la competición a mediados de junio, las once jornadas que restan para finalizar el campeonato son un reto mayúsculo para el de Castellón.
El club se juega la permanencia, o más bien, la supervivencia, por lo que la situación es un arma de doble filo. El equipo y vestuario está concentrado en el objetivo y unido junto al cuerpo técnico por la causa. Ahora toca refrendarlo en el terreno de juego, más la confianza del Málaga CF con Pellicer se basa, sobre todo, en los resultados sobre el verde y en el puesto que ostente en la clasificación de la Segunda División. Premio y recompensa al trabajo de Sergio sumado a una responsabilidad única.