Lección aprendida. Así se marchó Moussa Diarra de Coín tras su acción con Iker que le costó una expulsión simbólica por parte de Sergio Pellicer. Según ha podido saber Radio MARCA Málaga, el de Nules tuvo una seria conversación con el futbolista cuando finalizó el choque. El entrenador malaguista tiene mucha fe en lo que el joven central puede hacer este curso, pero acciones de este tipo tienen que frenar en el futuro. Sobre el césped hubo algo de tensión, típico del momento, pero queda claro que es una jugada involuntaria donde el ímpetu de Moussa le juega una mala pasada. No hubo intención de lesionar, pero lo hizo.
No es la primera vez que Moussa es regañado por su exceso de ganas. Cuando aterrizó en la cantera malaguista ya tuvo algunos episodios de este tipo por ejemplo con varios penaltis cometidos de manera consecutiva en diferentes jornadas. Hay que recordar que Moussa llevaba mucho tiempo sin jugar y que eso también le pasó factura al de Malí. Los nervios también juegan y eso por ejemplo era uno de los temas que Pellicer analizaba ante los medios en la improvisada rueda de prensa después del partido. Estas expulsiones recuerdan a algunas de las que se vivieron el curso pasado. Absurdas. Unos recuerdos de Vietnam que no se quieren repetir.
“Ha habido una anécdota en el calentamiento y es que estaban perdiendo balones cuando en el entrenamiento no pierden ni uno. Una cosa es entrenar y otra es competir. Hoy es el primer proceso. Necesitamos gente con mucha fuerza mental y mucha capacidad”, comentaba el entrenador. El Málaga sabe que faltan muchos fichajes y que de momento los jóvenes tienen que tirar del carro en este inicio de pretemporada. Moussa Diarra tuvo una expulsión simbólica de la que seguro que aprenderá mucho en el futuro. El canterano vio el resto del partido acompañando en el banquillo a Cristian Gutiérrez. El lateral izquierdo no estuvo en la convocatoria y se le pudo ver con un vendaje en su rodilla derecha junto a los demás compañeros.
