En la previa del encuentro que disputarán Málaga y Racing el domingo en La Rosaleda, es preciso recordar la anécdota del partido de ida, en el que los blanquiazules inauguraron el curso venciendo por un gol a cero y los montañeses presentaron una denuncia a la RFEF por “presunta alineación indebida” costasoleña.
El testarazo de Adrián a las mallas a cinco minutos de final que valieron los tres puntos fue el preliminar a lo que luego iba a pasar en los despachos. Los blanquiverdes alegaron que Víctor Sánchez del Amo convocó a nueve futbolistas con fichas del filial cuando la normativa puntualiza un máximo de seis.
La entidad boquerona se defendió confirmando que no colocaron a más de cuatro canteranos sobre el terreno de juego. El comienzo no fue fácil para el técnico madrileño, quien no pudo contar ni con Cifu ni Okazaki. El desenlace a la breve historia del japonés con el club de Martiricos no tuvo buen final, ya que el nipón acabó fichando por el Huesca.
A pesar de la justificación que publicó el Málaga, Competición no lo pasó por alto e impuso una multa de 301 euros por “incumplimiento de órdenes, instrucciones, acuerdos u obligaciones reglamentarias” tras sobrepasar el máximo de filiales permitidos en una convocatoria, norma prevista en el artículo 126 del Código Disciplinario de la RFEF.
En un ambiente pletórico tras la decisión de la Justicia de apartar a los Al-Thani y que esta puede ser la tercera victoria consecutiva por primera vez en la ‘Era Pellicer’ y en todo el curso, estos recuerdos de una denuncia pasada tienen que quedarse en eso, en una mera anécdota.
