La nueva lesión muscular del futbolista blanquiazul frena el posible reseteo del centrocampista de Órgiva. No ha sido un año positivo para el canterano. En 2021 lo trastocó su hombro y en este 2022, demasiadas lesiones musculares. Molestias que han hecho acto de presencia en bastantes ocasiones y que generan que en este curso solo sume 519 minutos sobre el verde. Solo 12 partidos y una falta de regularidad palpable. Ahora, dos semanas como mínimo en el dique seco.
Desde pretemporada arrastra estos problemas. De hecho a principios de julio tuvo que frenar en un pequeño tramo de verano por una lesión en el adductor izquierdo. Su ausencia fue corta y pudo completar parte de la preparación estival. De hecho, llegó con pinzas al estreno de LaLiga SmartBank y jugó menos de treinta minutos en Burgos al estar entre algodones.
Ahora, cuando comenzaba un nuevo 2023 para el Málaga CF, y una fase crucial del campeonato, Ramón Enríquez tiene que frenar. El aductor derecho le juega una mala pasada. Además, arrastra un edema que sigue generándole problemas en la zona. Una lesión que ya sufrió el pasado mes de noviembre.
Ramón jugó los 90 minutos en la cita copera ante el Nástic de Tarragona. Forzó por llegar y estuvo en la eliminación de los malaguistas. Ya en el regreso a los entrenamientos tras Nochebuena, el blanquiazul bajó el ritmo.
Se notó un pinchazo y tuvo que parar. El club comunicó que sufría una sobrecarga en el cuádriceps, pero las pruebas médicas han confirmado las malas sensaciones con el edema posterior y que vuelve a generar la enésima lesión en el aductor derecho. Eso sí, tanto el Málaga como el jugador regatean la rotura aunque sigue la alerta con Ramón Enríquez
Es lastimoso pero Ramon nunca a tenido continuidad y no compensa tener un jugador en esa situacion.Habria que repasar su trayectoria desde que esta en el primer equipo.
Eterna promesa que temporada tras temporada se queda en el camino. Replantearse su continuidad es lo más conveniente.