El Málaga afronta una final con todas las de la ley, pero el que estará en el otro lado del verde no es un equipo cualquiera, el que viene es el rey de la dinámica. Mirando el historial de las últimas seis jornadas, el Oviedo de Ziganda es el líder de plata contando todos los encuentros con victorias ante Fuenlabrada, Cartagena, Leganés, Sporting, Alcorcón y Mirandés. Esto se suma al balance de doce goles a favor y tan solo dos en contra más las cuatro puertas a cero.
De hecho, esta racha ha revolucionado por completo el objetivo de la temporada en el Carlos Tartiere pasando de una permanencia plácida al dulce sueño del playoff. Los ovetenses marcan la zona de privilegio a esta hora con 63 puntos, tres por encima de la Ponferradina de Bolo y cinco respecto a Las Palmas de García Pimienta. Además, un viejo vaquero llamado Borja Bastón se reencontrará con el templo de Martiricos siendo la principal amenaza asturiana con 19 dianas en sus botas. Ni se asomó a tales cifras con la elástica boquerona.
Esta realidad no es ni mucho menos un plato de buen gusto en la Costa del Sol. El tener un colchón de cuatro puntos sobre el descenso no es que sea precisamente cómodo… y no ganar como local desde el 20 de noviembre del año pasado tampoco. Sobre la teoría hay que agarrarse, que el sábado viene el rey de la dinámica; aunque la práctica ya será otro cuento y el Málaga luchará por vencer al Oviedo en lo que sería un puñetazo a la calculadora de la salvación.