Resaca y de las buenas. El Málaga consiguió ante el Alcorcón la segunda victoria del curso en tres jornadas. 6 puntos de 9 posibles que hacen respirar al cuadro de Martiricos en una semana en la que lo extradeportivo volvió a ser protagonista. Un choque en el que el míster volvió a tirar de pizarra. Si en el estreno liguero en Tenerife dibujó un 5-2-3 y en Castellón un 4-3-3, frente al cuadro alfarero empleó un 4-4-2 con Caye Quintana escoltando a Orlando Sá en ataque. Pellicer y el baile de esquemas.
Cierto es que pudo ser una decisión influenciada por la baja de Ismael Casas, pero la propuesta dio muchos más frutos de los que se podían esperar. Benkhemassa y Ramón formaron la sala de máquinas con Cristian Rodríguez a la derecha y Yanis Rahmani en izquierda. El futbolista gaditano potenció las llegadas de Iván Calero a línea de fondo. Además, recortó hacia dentro o recurrió a los centros. La actuación del jugador cedido por el Extremadura fue recompensada con la volea que dejó los tres puntos en Martiricos.
El enorme sacrificio defensivo de Matos por izquierda dejó completa libertad a Rahmani para contactar con el esférico e intentar buscar aliados, aunque el ’17’ abusó por momentos en la conducción con balón. Benkhemassa sumó a los suyos y Ramón se licenció en el centro del campo. El canterano volvió a tirar de talento y no solo hizo jugar, sino que defendió con uñas y dientes. Quedó claro que el 4-4-2 puede ser una variante táctica en la pizarra de Pellicer. Ya se verá si la vuelve a emplear en la visita a Vallecas.