Las cosas no siempre son fáciles. Que se lo digan a Sergio Pellicer. El entrenador del Málaga ha acudido a la llamada de socorro de su equipo por segunda vez en tres años. En 2020 rescató al equipo al borde del abismo y esta segunda etapa no ha sido muy diferente. El comienzo de aquella vez fue más sencillo, ganando en su debut y despejando las dudas rápidamente. Esta vez, como la situación, todo ha sido un poquito más difícil para el de Nules. Un punto de nueve hasta el pasado lunes y muchas dudas sobrevolando su cabeza tras la abrupta salida de Pepe Mel, alguien muy querido por la afición pese a sus malos números.
Ante el Zaragoza, Pellicer se ganó la duda y tres puntos. Con el triunfo ha mejorado, aunque sea por poco las cifras de sus último tres antecesores. 4 de 12 ya es mejor arranque del que firmó Pepe Mel en septiembre, Guede en agosto y por supuesto Natxo González en enero de 2022. El de Castellón se la jugó en Albacete y su revolución le costó algún palo en forma de crítica por parte de la grada. Sin embargo, la segunda parte del equipo ante lo de Escribá ha dejado un buen sabor de boca. Los cambios salieron tras el descanso y Pellicer tiró de pizarra para acercar la permanencia.
Su apuesta por laterales distintos está saliendo, ha sabido sacar partido al balón parado y el equipo lleva cinco goles en las últimas dos jornadas. Son los brotes verdes que han dado a Pellicer al menos el derecho de la duda. Además, el discurso del preparador cala mucho cada vez que se sienta ante los medios. Siempre tiene la palabra correcta y su carácter conciliador han venido de lujo a la caótica situación que vivía el club a su llegada. Es solo un paso, pero es un paso en la buena dirección.
Pellicer no vale el equipo no juega a nada mal situado en defensa y por una vez la suerte y una tarde de gloria de Rubén Castro nos libro de una muerte segura
Los corruptos siguen en la rosaleda Martín Aguilar y guerra etc parásitos de Málaga