Con la victoria del pasado domingo frente al Cádiz en el Ramón de Carranza aún presente en la retina malaguista, es preciso dar los méritos correspondientes a Sergio Pellicer, entrenador «interino» del club que debutó en el triunfo ante la Ponferradina en La Rosaleda seis jornadas atrás, quien registra unos números muy positivos en los choques a sus mandos. Tres victorias y dos empates -6 dianas a favor y 5 en contra- elogian su liderazgo.
La buena dinámica de la que presume el cuadro blanquiazul recuerda a la irrupción de Víctor Sánchez del Amo en la jornada 35 de la temporada pasada, cuando los boquerones superaron con creces al Alcorcón por cuatro goles a uno en Santo Domingo. El técnico madrileño, quien fue destituido por parte de la entidad costasoleña y extorsionado tras la aparición de un vídeo suyo de carácter sexual en Internet, cuajó un buen comienzo en lo deportivo. Con 13 puntos de 18 posibles -13 goles a favor y 5 en contra- en sus primeros seis partidos, su juego hacía soñar a la ciudad con un ascenso a Primera que, finalmente, no pudo ser.
Los soldados del técnico castellonense realizaron un partido sobresaliente en el que Munir y la zaga defensiva dejaron la portería a cero por tercera vez en la ‘Era Pellicer’. No lo hacían desde el empate sin goles cosechado en el Fernando Torres contra el Fuenlabrada. La gran actuación del guardameta hispano-marroquí, acompañado del buen nivel de Luis Hernández y la agradable sorpresa de Ismael Casas, quien lleva dos partidos excelentes y está dejando en la sombra a Cifu, son los principales motivos de que el Málaga sea el equipo que menos goles encaja de toda la categoría: 25.
Uno de los culpables de este dato es Munir. A pesar de ser muy criticado en los últimos días por su fallo garrafal ante el Mirandés, el cancerbero boquerón está volviendo a transmitir esa seguridad que se busca en un portero y que se le ha visto desde su llegada a La Rosaleda la temporada pasada. Titular indiscutible tanto para Pellicer como Víctor SDA, fue una pieza determinante para la machada en el templo del líder.
Suena sorprendente a estas alturas de la película que el club no le haya quitado todavía al míster la etiqueta de «entrenador interino», pero es la realidad. Con un enorme registro defensivo, Sergio Pellicer echa el cerrojo a cal y canto, además de apuntar a la permanencia en la categoría y, quién sabe, llegar a soñar con algo más.
