El técnico malaguista dejó caer indirectas. Pellicer lanzó un par de recados hacia arriba tras la derrota ante el Cádiz CF.
Sin duda, no es el mejor momento de la temporada para el Málaga CF. Esperemos que sea el peor de toda la temporada y que esos cinco puntos de diferencia con el descenso sea la renta más pequeña que encuentren los boquerones. Pese a toda la tormenta, literal y metafórica, acontecida en La Rosaleda con el asalto del Cádiz CF, los malacitanos siguen vivos. No es cuestión de pasar de pelear por el playoff a ser un descendido en cuestión de dos semanas. A día de hoy, el equipo de Pellicer ha entrado en un receso de fútbol. Falta de ideas y poca generación de ocasiones. Además, los números defensivos no son tampoco los mostrados en la primera vuelta. Pero de los últimos 12 puntos en juego, los costasoleños han sacado siete. Números que, prolongados en el tiempo, son realmente aceptables.
El partido ante el cuadro de Garitano fue malo. Aburrido. Un solo disparo a puerta de los blanquiazules fue el resumen de 90 minutos insípidos. Tras el mismo, Sergio Pellicer acudió a sala de prensa y dejó un par de recados hacia los «jefes» del club. En un primer lugar, el técnico de Nules asumió que en su rol de portavoz de la plantilla, le toca ser el escudo humano de las críticas: «Teníamos mucha ilusión después de lo de Almería y las dos victorias anteriores. Era un paso hacia adelante. Tenemos que recordar de dónde venimos. A veces perdemos la realidad. Se varía mucho el mensaje populista y yo doy un mensaje realista. Le pese a quién le pese. Soy el malo de la película. Todos se enfadan conmigo, jugadores, jefes del club… Todos. La realidad es muy clara».
«Hemos jugado con un equipo de una edad media de 23 años. Somos de los equipos que menos ha perdido. Esto es fútbol. Felicitar al rival que no ha sido mejor que nosotros. Ni nosotros mejores que ellos. Se lo digo a la gente. Aquí caen muy bien los entrenadores que dan un mensaje populista y venden humo. La realidad es que hay que conseguir los 50 puntos o más y ser consciente de lo que somos. Los chicos están haciendo un trabajo brutal. Hemos salido con tres juveniles. Estamos compitiendo todos los partidos, sea mejor o peor. Hoy solo ha sido el último tramo. No es populismo. Realidad pura y dura. Le pese a quién le pese y aunque me caigan palos por todos lados”, afirmaba Pellicer.
Primero menciona la edad media del equipo. Cuando juegan tres juveniles de inicio, quiera o no, es un mensaje para los jugadores con ficha del primer equipo que no juegan. Esos jugadores que no entran en los planes del entrenador. Es un hecho que los hay. Por ello, se puede entender que ese recado va dirigido a la confección de la plantilla, labor del director deportivo.
Más tarde, el técnico fue preguntado por el caso particular de Yanis Rahmani. El franco-argelino se quedó de nuevo sin jugar y esto opinó: “Tendrá protagonismo. Está trabajando. No hay carta blanca. Juanpe no estaba jugando y participó hoy. Luca igual. Yanis no está participando y tendrá su momento».
Tras esa respuesta, Pellicer hizo alusión al poder con el que cuenta en el club. Un poder o fuerza que resume en hacer y deshacer onces. Y también, la soledad que puede sufrir en diversos aspectos: «Tú tienes un once, el aficionado tendrá otro, etc. Mira, la única fuerza que tiene el entrenador y que tengo yo en este club es hacer el once. Y eso no me lo va a quitar nadie. En todo lo demás me puedo encontrar muy solo, pero la única fuerza que yo tengo es hacer el once y los cambios. Eso, hasta que yo esté, no me lo va a quitar nadie”.