No va a ser un partido cualquiera. Se respira en el ambiente y la afición responde como si no hubiera un mañana. Para muestra un botón y son ya más de 10.000 entradas descargadas para el encuentro ante el Oviedo. Más allá de que la parroquia malaguista quiera anotar el 1-0 antes del pitido inicial, la plantilla de Guede debe responder porque le urge reaccionar. No hay margen, quedan pocos puntos y el precipicio asoma. De manera interna hay necesidades y obligaciones que tiene que cumplir el sábado este Málaga.
La necesidad de ganar en casa es fundamental. No hay que ser un lince para comprobar que los paupérrimos números como local condenan a la afición a vivir en este sufrimiento inesperado a final de temporada. No gana en La Rosaleda desde el pasado mes de noviembre ante Las Palmas. Es el séptimo peor local del campeonato con 27 puntos, números a años luz de aquel fortín llamado Martiricos.
En el aspecto táctico-técnico, Guede tiene la necesidad de volver a coser este Málaga. Dos derrotas consecutivas unida a una clara regresión futbolística y además tiene la ausencia de Víctor Gómez en el lateral derecho, la sanción de Luis Muñoz o una enfermería aún con varios inquilinos. Básicamente, le toca al argentino encontrar otra vez el equilibrio defensivo, despertar la furia en el campo y solventar la retaguardia con un nuevo inquilino en la zona.
En cuanto a las muchas obligaciones, por no decir todas, éstas van a recaer en la plantilla. El vestuario reconoce la extrema gravedad del asunto y se conjura. Genaro se explayó en los micrófonos de Radio MARCA Málaga y claramente habló de final. Deben dar ese paso adelante en estas cuatro citas en un año en el que casi nadie se salva del nivel ofrecido en el terreno de juego. La afición anda volcada y va a remar a favor. Sabe que es la hora de la verdad, pero necesita estímulos porque va harta de sinsabores. Las necesidades y obligaciones de este Málaga pasan por ganar, sumar y responder a su público.
Necesidad: Que haya salud y dinero para tatuajes.
Obligación: La que vaya tocando.
Como siempre la afición responde y como casi nunca solo hace falta que responda el equipo también marcando goles. No queda otra. Si ellos no atacan y tiran a puerta y no defienden bien de nada sirve todo lo demás.