La nota negativa del partido ante el Lugo fue la lesión de Ramón Enríquez. El mediocentro de Órgiva se tuvo que retirar al borde del descanso después de protagonizar una de las imágenes duras de la jornada. Un pinchazo muscular en el cuádriceps que amenaza con dejar al canterano sin poder jugar lo que resta de campaña. Los médicos blanquiazules tienen pendiente hacerle más pruebas al joven jugador, pero las sensaciones alrededor de la lesión no son nada positivas. Se habla de rotura muscular de al menos tres semanas de baja en un principio. Teniendo en cuenta que quedan cinco jornadas, sería prácticamente el adiós del centrocampista a este curso 2022-23.
El jugador se marchó del Anxo Carro entre lagrimas. Así lo pudo corroborar en directo Radio MARCA Málaga. No es para menos, su momento de la temporada era sencillamente espectacular. Capitán general del centro del campo malaguista y uno de los artífices para Pellicer de la resurrección del cuadro de Martiricos en este tramo final de curso. Lo piensa el entrenador y sus compañeros. Sobre el césped gallego, las caras de futbolistas malaguistas eran un poema. Especialmente la de Fran Villalba. El valenciano fue el primero en llegar a donde cayó Ramón y su gesto cuando supo que se haba roto fue de desesperación.
Ramón no pudo abandonar el campo ni por su propio pie. No solo por la rotura muscular, sino por un mareo que sufrió a ras de césped propio del dolor y de la angustia de la situación. En el club malaguista aun no han confirmado nada, pero los presagios sobre la lesión de Ramón son los peores posibles. Pellicer ya trabaja en una alternativa para cubrir su baja en las cinco jornadas de competición que quedan. En Lugo, el elegido fue Jozabed, que no disputaba minutos desde el pasado 27 de marzo.
Una lástima tantas lesiones que frenan la progresión de Ramón.
Mucho ánimo y a prepararse para la próxima temporada. Ojalá sea en segunda división.