Cuando este sábado salten al césped de La Rosaleda el Málaga y la Ponferradina, se cumplirán justo tres meses y un día desde la última victoria en casa de los blanquiazules en Liga. Ya ha llovido un rato desde aquel 22 de octubre en el que los de Pellicer derrotaron al Sporting de Gijón por 1-0 con gol de Juande.
Más impacta saber que ese encuentro correspondía a la séptima jornada… y ya camina la categoría de plata por la vigésimo segunda. Y que en ese período se han disputado siete encuentros en Martiricos con un pobre bagaje de cuatro empates y tres derrotas. Es decir, 4 de 21 puntos posibles.
Así las cosas, en una clasificación en la que sólo se tuvieran en cuenta los resultados como local, el Málaga ocuparía la antepenúltima plaza, en descenso directo. Sólo el Albacete y el Sabadell, por este orden, estarían por debajo. Y es que los boquerones sólo han sumado dos victorias en la temporada en su estadio: Alcorcón y el citado Sporting.
Urge, por tanto, ante la Ponferradina, con la que se empató a 1 en la primera vuelta (jornada 12), un triunfo para ahuyentar fantasmas. Pero ojo porque los de El Bierzo andan a un pasito de los playoffs. Complicado, por tanto, para un Málaga que ha visto pasar tres meses desde su última victoria en casa.
