Parecía imposible que esto sucediera y ocurrió en el contexto más extraño, en Copa del Rey, formato donde los más jóvenes cuentan con oportunidades. El Málaga terminó el partido contra el Granada con los once jugadores con ficha profesional. Una estadística que no se daba desde el pasado 1 de diciembre en el encuentro liguero contra el Fuenlabrada y que no es habitual en el vestuario blanquiazul. El escaso fondo de armario obliga siempre a Pellicer a contar con los canteranos.
Pasó también en la derrota frente a los nazaríes con un centro del campo con una media de 19 años. Ramón y Alberto Quintana fueron titulares, aunque fueron sustituidos por Caye y Luis Muñoz respectivamente. Influyó en la decisión inicial de Sergio Pellicer el partido del Atlético Malagueño a la misma hora que el del primer equipo. Jugadores como Benítez, Juan Cruz o Larrubia estuvieron en la derrota del filial frente al Torremolinos.
Un factor determinante a la hora de elaborar el once más competitivo posible. Es anecdótico, cuanto menos, que este Málaga acabase con todos los jugadores con ficha profesional. Con la enfermería vacía, a excepción de Calero e Hicham, Pellicer puede contar con todos sus hombres. El miedo de la alineación indebida esta vez no sobrevoló por La Rosaleda. Esta vez, el Málaga terminó con once profesionales sobre el césped.