El Málaga acumula siete jornadas consecutivas sin ganar. Un final de temporada que ha sido calificado como cruel por Sergio Pellicer y sus jugadores. El once de abril los blanquiazules estaban a cinco puntos de los playoffs y parecía junto a Girona y Ponferradina, candidatos al sorpasso a un Rayo irregular y un Sporting que se tambaleaba. Pero… ¿qué ha ocurrido en este mes y medio para que los malaguistas se hayan visto superados?. La clasificación, a 90 minutos del final del curso, sitúa al Málaga en 15º lugar con 50 puntos. Un puesto y dos puntos menos que el curso pasado. Un espejismo teniendo en cuenta que los de Martiricos lograron sin despeinarse el objetivo.
Los motivos de esta crisis son muchos. Las lesiones, la falta de puntería, la actitud, la mala suerte y el pundonor de los rivales han superado al Málaga jornada tras jornada. Lo primero que ocurrió fueron las lesiones de Luis Muñoz y Jozabed. El equipo boquerón había dado con la tecla para un centro del campo equilibrado y potente. Una zona medular que de la noche a la mañana perdió a dos de sus tres patas. La falta de gol ha terminado por hundir a un equipo que en el último mes y medio ha sumado dos goles en siete partidos.
Hay que mirar también a la motivación y el físico de unos jugadores exprimidos hasta la saciedad. Muchos de ellos tienen su futuro en el aire y eso quieras o no distrae a la plantilla. Ya le ocurrió al Málaga de Antonio Tapia en su día. El Málaga debía ser juez de un final de temporada en el que todos sus rivales han salido absueltos. La crisis de resultados ha emponzoñado un final de curso que debía ser una fiesta y a la que todos han estado invitados menos los de la Costa del Sol. Estos son los motivos y lo que ha ocurrido para que el Málaga se haya visto superado por todos lados.
