Por desgracia, comienza a ser algo normal desde que arrancó la temporada en el Málaga CF. La plaga de lesiones afecta, y de qué manera, a los planes que el entrenador tiene antes de cada partido. Los malabares de Guede en la zaga ya son costumbre, y a pesar de las recuperaciones, todo apunta a que habrá más experimentos en el Heliodoro.
Dos buenas noticias: por un lado, Andrés Caro ya ha completado su segunda semana consecutiva con el grupo, lo que le abre las puertas como una de las opciones a ocupar el puesto de central en Tenerife; por otro, Unai Bustinza también ha comenzado a entrenar con el resto de compañeros, aunque su recuperación parece parcial y algo más prematura que la de su joven compañero.
Es a partir de aquí desde donde hay que hablar de varias malas noticias. Hasta esta misma mañana, la pareja más natural para el choque ante el conjunto chicharrero, era la conformada por Andrés Caro y Juande. No obstante, el cordobés ha terminado el entrenamiento del sábado con molestias en el isquio, y el pronóstico es cuanto menos misterioso. A esto hay que sumarle que Esteban Burgos y Jonas Ramalho siguen entrenando al margen.
Todo apunta a que los malabares de Guede en la zaga vivirán un episodio más sobre el verde. De la posibilidad de terminar con el experimento que colocaba a Escassi o Genaro en el centro de la defensa, a tener que volver a plantear la inclusión de uno de ellos para enfrentar al CD Tenerife. Un dolor de cabeza que no cesa y que se une a la enorme crisis deportiva que atraviesa el club de Martiricos.