Las claves del bochorno en Anoeta

Como cada semana, Guille Casquero trae con ‘El Pizarrón de Radio MARCA Málaga‘ el análisis de las claves de la bochornosa derrota en Anoeta.

La situación es crítica. No planteamos ningún partido bien para dominar al rival. No fue un buen partido de nuevo, y lo que preocupa no es el resultado, sino la involución. Antes de ayer fue la Real Sociedad B. Fue un equipo insuficiente e incapaz de hacer algo. Hubo minutos que fueron un espejismo porque la Real se encerró, pero pudo caer el 3-0 en ese momento de no ser por el VAR.

El dato es brutal. Hemos hablado siempre mucho del entrenador, el Málaga de José Alberto o el de Natxo. Esa figura se entiende como la de un líder en el vestuario. Hay que empezar a mirar a jugadores. Jugadores que no tienen rebeldía ni ganas. Hay 0 tiros a puerta, y no por Roberto -que es el último en la lista a quien reprochar-, sino porque no hay un plan de juego. Hubo un palo tras una jugada de Javi Jiménez pero nada más. Todo lo que conlleva este dato es que el Málaga no sabe llegar a portería. No se entiende si hay que jugar por dentro o por fuera. Ni Paulino ni Antoñín ponen su fútbol.

Se van haciendo pruebas cada día, y ahí es donde se mueve Natxo. La clave no la encuentra. Pasamos de Ramón, que es el motor en el centro del campo, a un vacío en el que Febas no toca el balón apenas en comparación de Escassi. Si queremos a Escassi de tercer central, Febas tiene que ser todocampista y bajar a recibir para salir adelante. El problema es que no lo consigue. Lo que no es normal es que cada semana haya cuatro jugadores más por debajo de su nivel. Que no funcione casi nadie es lo más raro.

El caso de Ismael Casas es peculiar. Comenzó como lateral, aunque en el esquema de José Alberto no tenía cabida porque no es un lateral profundo. El asturiano lo probó de central, aunque sigue sin convencer. Se está quedando atrás por su inseguridad. No es improvisación, pero es algo que no está del todo trabajado. El problema es que miras al banquillo pero no hay central. Ha habido tiempo de traerlo, pero es el gran fallo de la temporada de Manolo Gaspar.

A Natxo le mantiene en el banquillo el hecho de que acaba de llegar. No se hasta qué punto tiene recorrido. Si sigue demostrando este nivel y esta escasez de identidad, no sé hasta dónde puede llegar. No ha aportado nada, no ha cambiado el juego y no ha dejado su sello. Empieza a preocupar. Parece que no quisieran jugar.