La relación con la presión, la gran baza del Málaga CF

Temporada nueva y cambio de objetivos en Martiricos. La relación con la presión, la gran baza del Málaga CF.

Con el ascenso, la hoja de ruta del club cambió por completo. La estancia en la categoría de plata del fútbol español otorga a la entidad el derecho de no vivir ‘con el agua al cuello‘ diariamente. Todos sabemos que una ciudad como la capital costasoleña merece un equipo en Primera, pero estar en Segunda al menos te asegura una estabilidad a todos los niveles que el club ansiaba la temporada pasada. Con el cambio de categoría viene de la mano un cambio en los objetivos, como es evidente. El cartel de recién ascendido brinda a los de Pellicer una meta clara a cumplir: la permanencia.

Bien es cierto que no se puede lograr de cualquier manera. Lograr la salvación de manera agónica, sufriendo y dependiendo de lo que hagan otros rivales no entra dentro de los planes a conseguir. Hay muchas formas de conseguir una permanencia. ¿Significa esto que el Málaga CF jugará sin presión esta temporada? Rotundamente no. El simple hecho de batir el récord histórico de abonados en La Rosaleda te lo impide. Además, una salvación no es moco de pavo. Y si no, que tiren de hemeroteca. Pero es diferente a la temporada pasada. El nivel de exigencia y de brillantez exigido a un Málaga CF que pisaba el barro tras 25 años no será el mismo que se le exija compitiendo con clubes con mucha solera en el fútbol español.

Y aquí está el quid de la cuestión. El Málaga CF de Sergio Pellicer se libera ante la rebaja de presión. La campaña anterior vimos que, cuando menos focos habían puestos en el equipo, mejor rendían. El ejemplo más claro fue a principios del año 2024. Los malacitanos perdían ante el Castellón en La Rosaleda, resultado que borraba de un plumazo la oportunidad de ascender de manera directa.

Ya con la mente puesta en los playoff y en tratar de alcanzar la segunda plaza, los costasoleños encadenaron una racha de 13 partidos con tan solo una derrota en su haber. Siete victorias y cinco empates reflejaron que, tras quitarse la mochila de pelear la excelencia contra el Castellón, el rendimiento fue mejor. En las últimas jornadas donde los playoff estaban asegurados, vimos el Málaga CF más contundente a rasgos generales que llegó a la promoción de ascenso en su mejor momento de la temporada.

Lo que es seguro es que dentro de la entidad se respira un ambiente más sosegado. Hubo tramos de la temporada en los que el ascenso, para el aficionado, se empezaba a convertir en una quimera y el poder estar en el fútbol profesional esta temporada cambia toda la perspectiva. La idea es que, dentro de la presión existente y la auto exigencia, sea un año de disfrute y, sobre todo, de asentamiento en la categoría.

No lo digo yo, lo dijo el propio entrenador tras el duelo ante el Córdoba en La Línea: “El objetivo está claro. Competir todos los partidos. Somos los últimos en llegar aquí y creo que somos los primeros exigencia, historia y afición. Queremos ser ambiciosos pero asentarnos y conseguir los 50 puntos. Ver cómo evolucionamos. El día a día nos marca el objetivo. Ser ambiciosos pero queremos asentarnos en la categoría”, añadió. Y no creo que sea un mensaje conformista, sino realista e incluso ambicioso a largo plazo.