El año 2021 no ha terminado como se quisiera. Eliminación copera, bajada de varios escalones en LaLiga SmartBank y un aluvión de lesiones que dificultan la tarea a José Alberto López. En este último aspecto es donde más se está resintiendo el Málaga CF, y es que existe la falta de un líder en tiempos de guerra como los que vive el conjunto de Martiricos.
Tras la lesión de Luis Muñoz, todo cambió en el vestuario blanquiazul. No solamente se perdía al buque insignia de la plantilla, sino que también se alejaba del verde un líder. Un jugador llamado a tirar del carro tanto dentro como fuera del terreno de juego que veía cómo su temporada acababa en octubre.
A pesar de una pérdida tan importante, hubo quien recogiera el testigo del de Nueva Málaga. Juande Rivas se convirtió en el abanderado de los boquerones, y se estableció como lo que ya era: un jugador vital para las aspiraciones del equipo en su temporada.
No obstante, las cosas han vuelto a torcerse en ese sentido. De nuevo una lesión ha sido protagonista, y Juande ha tenido que quedar en el dique seco. Sin embargo, esta vez no ha habido nadie que haya dado ese paso para postularse como el líder de este equipo.
David Lombán luce el brazalete como capitán, pero no desprende ese aura de liderazgo que existía en torno a la figura de los dos jugadores ya mencionados. Alberto Escassi tampoco está en su mejor momento, y en la parcela de ataque no existe aún ese jugador que destaque por ser el estandarte malaguista.
La falta de un líder en tiempos de guerra está propiciando una anarquía más que evidente en los encuentros del Málaga CF. Falta esa referencia, ese abanderado que recoja el testigo y que le de al equipo una figura en la que refugiarse. Una de dos: o vuelve Juande, o alguien tendrá que dar el paso adelante para sacar al equipo del bache.
Un líder en el campo debe ser conocedor y creyente del estilo y sello de juego propuesto por el entrenador. Pero si ni el mismo entrenador sabe a lo que juega, el líder en el campo que és lo que va a transmitir?. Si continuamente se están dando bandazos a un lado y a otro sin sentido, con jugadores fuera de su posición a pierna cambiada y cambiando el esquema táctico cada dos partidos. Así no hay manera ni estabilidad.