Ha comenzado un nuevo año pero la sensación en el Málaga es que nada ha cambiado en cuanto a la subjetividad empleada por el VAR. Desde el club blanquiazul se cree que se les ha perjudicado, y mucho, a lo largo de la actual temporada. Y esto les frustra porque, además, si alzan la voz, podrían ser aún más castigados.
“No tenemos que hablar de los árbitros, mi discurso es no quejarnos por nada”, expresó Pellicer tras el empate ante el Albacete. Un partido en el que no se pitó un contacto de Joaquín en el área manchega que bien pudo ser señalado como penalti. Sí se decretó pena máxima, en cambio, en otro contacto de Escassi con Ortuño que acabó con el gol del empate local.
El técnico del Málaga insiste cada semana a sus jugadores en que se olviden de los colegiados. Les pide que focalicen sus energías en el juego. Pero es imposible controlar las emociones a tantas revoluciones y en semejante contexto. Es lo que le sucedió a Joaquín cuando comprobó que González Esteban dejó seguir el encuentro sin que desde la sala VOR le llamasen la atención sobre la acción. Incluso el propio entrenador, aun mordiéndose la lengua, lanzó un mensaje a quien quiera recibirlo. “Tenemos que saber entender el juego y el saber fingir parece que tiene un premio”.
Rahmani, viaje en balde
Tampoco entienden desde la entidad malacitana cómo no se le concedió, al menos, la cautelar a Rahmani, tras revisar las imágenes y el acta firmado el día del Logroñés por Moreno Aragón. Todo ello se une a otras polémicas en otros partidos como ante el Almería o el Cartagena. Consideran que el video arbitraje les perjudicó claramente.
En todo caso, la estrategia malaguista, la misma desde hace ya varias temporadas, es la de no meter más presión al colectivo arbitral. Incluso, como cree Pellicer, aunque “la balanza esté desnivelada en nuestra contra”. De ahí que el de Nules pida un deseo, quizás de Reyes, para el futuro. «Esperemos que cuando acabe la temporada esa balanza se vaya ajustando”.
