Si bien es cierto que el conjunto de Martiricos tan solo sacó un empate ante el Villarreal B, las sensaciones fueron muy distintas. Un deporte en el que los resultados mandan, aunque en el encuentro del sábado lo importante fueron los brotes verdes. La ‘cara B’ de Pepe Mel en el Málaga CF tiene mucho que ver en ello.
Esa otra faceta del madrileño recae en el aspecto emocional. En su presentación demostró tener la templanza suficiente como para tratar la crítica situación con normalidad. «Yo no soy de mandar mensajes. Es el actor el que tiene que cautivar al público», refrendaba. Objetivo cumplido: su equipo supo demostrar a las gradas del templo que el camino que se comenzaba era nuevo. De hecho, él mismo lo confirmó en la rueda de prensa posterior. «La Rosaleda ha aplaudido, significa que es el camino», sentenció. Sin ser un entrenador que acuda a la épica, consiguió volver a enganchar a una afición que ha estado sufriendo durante muchas semanas.
Por otro lado, la principal función de Mel reside en la que tiene para con sus jugadores. También en esa rueda de prensa que le daba la bienvenida a la capital de la Costa del Sol, fue él quien daba norte sobre lo que había encontrado a su llegada. «He encontrado un vestuario muy callado. Con cabezas bajas y muy serio. Esto ocurre cuando te acostumbras a perder». Pues bien, de nuevo, otra tarea tachada de la lista. Al terminar el choque contra el filial ‘groguet’, el míster tuvo una arenga con los suyos y les recordó que les estaban aplaudiendo a pesar de no haber ganado.
La ‘cara B’ de Pepe Mel comienza a manifestarse dentro y fuera del terreno de juego. Un entrenador que mide todas las variables y que, a pesar de no tirar de mensajes emocionales, es capaz de cautivar a plantilla y afición para conseguir que vuelvan a ir de la mano. A partir de ahora, toca reforzar y refrendar este método de enseñanza que tanto promete.
