La Academia, una de las mayores prioridades del club

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Aquellas noches de gloria tatareando el mayor himno del fútbol. Aquellas lágrimas de alegría y orgullo en cada gol. Aquella vez, en difinitiva, donde el Málaga conquistó los corazones de los amantes de este deporte por su papel en Champions. Fue un dulce y plácido sueño antes de regresar a la cruda realidad. Una realidad marcada por el despilfarro económico del Consejo de Administración que desembocó en la crisis que asola al club y que pudo costar una desaparición -aun hay posibilidades de ello- si no hubiese aparecido, gracias al trabajo de los pequeños accionistas, el administrador judicial.

Desde su llegada, el objetivo primario es sanar las cuentas y arcas del club, además de distanciar la entidad boquerona de las sucias manos de Al-Thani. Y lo está consiguiendo pese a los continuos obstáculos del camino que dejó el catarí. La última traba apareció hace poco más de una semana cuando Jose María Muñoz calculó un desfase de 15 millones entre el tope salarial que impondrá LaLiga y el coste del primer equipo del Málaga.

Con esta información saltaron las alarmas en las oficinas del club, que tendrá que hacer multitud de maniobras para solventar la situación. A priori, el futuro de los blanquiazules apunta a encontrar nuevas perlas en la cantera. Jugadores como Ramón, Gonzalo, Kellyan, Julio, Larrubia, Cristo, Juande, Juan Cruz o Iván Jaime son los postulados a participar la temporada que viene a las órdenes de Pellicer.

Esa necesidad de apoyarse en el filial y juvenil va para largo, de ahí el especial hincapié del Málaga en la explotación futbolística jóvenes talentos. Para ello, y como apuntaba Daniel Pastor en la entrevista para Radio Marca Málaga, una de las medidas urgentes sería «incorporar de nuevo las obras de La Academia porque ahí está el futuro”. Y razón no le falta.

Contar con una ciudad deportiva en la que todos los equipos de la cantera estuviesen unidos y concentrados en el mismo lugar desarrollaría aún más el poder de crecimiento de los jugadores. Ese clima de puro fútbol fomentaría el sentimiento de ‘creerse jugador’, fundamental en la maduración de los ‘chiquillos’ de categorías como infantiles o cadetes.

Por fin, la cantera malacitana dejaría de depender de la disponibilidad de los campos de los equipos de barrio de la ciudad, que hoy son el mayor apoyo y el hogar del club. Además, los fondos obtenidos por las entradas de los partidos irían en su totalidad al club malacitano.

Muchos son los motivos -tangibles e intangibles- por los que es necesaria reactivar cuanto antes las obras de La Academia.

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