La paliza física empieza a hacer mella en la plantilla del Málaga. Este sábado los de Guede han tenido doble ‘bolo’, ambos con derrota pero con buenas sensaciones en varias fases. Los blanquiazules completaron una gran primera mitad ante el Cádiz de Sergio Gónzalez: solo la poca fortuna, acompañada de una tarde aciaga árbitral, impidió que el cuadro boquerón pudiese sumar la primera alegría de la pretemporada. Lo más preocupante, más allá del 0-2, son las molestias físicas de Juande Rivas y Pablo Chavarría. Ambos tuvieron que ser sustituidos.
Dos jugadores que aún arrastran secuelas del curso pasado. Pero el malaguismo puede respirar tranquilo: todo ha quedado en un susto. El central cordobés tiene una sobrecarga en el ‘isquio’ de su pierna izquierda. Se echaba al suelo al primer cuarto de hora, visiblemente afectado y con el miedo de haberse roto otra vez. Saltaban las alarmas en el banquillo blanquiazul y Guede llamaba a Genaro Rodríguez. Juande se marchaba por su propio pie, sin la mínima intención de volverse a probar. Uno de los objetivos de la pretemporada es que el defensa recupere la continuidad, algo que no consigue desde hace demasiados meses.
Situación parecida a la de Pablo Chavarría. El ariete argentino tenía esta tarde la última oportunidad para hacerse un hueco. Apenas pudo contar con situaciones para batir a Ledesma, aunque al punta se le vio incisivo y con ganas de demostrar. Su cuerpo volvió a decir basta. Esta vez, la misma dolencia que su compañero, pero en la pierna derecha.
«No hay lesiones. Tenemos avisados a los chicos. Porque cuando juegas dos partidos en el mismo día, el gran temor es ese. Entonces, antes de, hay que avisar. A Pablo no le dio nada. A Juande no le dio nada. Se le puso duro y es el momento de avisar. Sabemos el riesgo que tenemos. Al ser tan pocos, la mejor medicina es la prevención«, decía Pablo Guede al finalizar el partido.
