No son buenos días para los futbolistas del Málaga CF. El barco se hunde poco a poco, y muchos de los jugadores están sumando malas noticias al carro. Es el caso de Jairo Samperio y un suplicio interminable desde el inicio de la temporada.
El santanderino comenzó con muy mal pie el año. José Alberto López no le dio ningún tipo de oportunidad hasta bien entrada la temporada. De hecho no fue hasta el encuentro ante el Peña Sport de Tafalla en Copa del Rey cuando tuvo una aportación relevante. Desde entonces, y con su continuidad en el club muy cuestionada, comenzó a demostrar un rendimiento irregular pero con un ratio de apariciones más elevado.
Una vez fue cesado el técnico asturiano, la imagen de Jairo se vio totalmente reforzada. Natxo González lo hizo uno de sus hombres de confianza, y de hecho ha conseguido aglutinar numerosas titularidades con él: 5 partidos en el once inicial de 9 posibles. Una importancia adquirida que, bien haya sido por gusto del entrenador o por el bajo rendimiento de sus compañeros de posición, ha ayudado al jugador a recuperar sensaciones.
Sin embargo, otra vez todo vuelve a truncarse. Su isquiotibial izquierdo ha dicho basta, y hasta que no se conozcan los resultados de las pruebas pertinentes, su participación en los partidos que restan de la temporada son una incógnita.
El jugador termina contrato en junio, y su futuro se encuentra totalmente en el aire. Probablemente en uno de sus mejores momentos en lo que a minutos respecta, la mala suerte vuelve a pegar a la puerta de Jairo, que vive una temporada que está suponiendo un suplicio interminable. Una montaña rusa de emociones y rendimiento intermitente para el santanderino.
