El Málaga afrontará el último partido del año este fin de semana. Los blanquiazules jugarán en La Rosaleda ante un Logronés que vuelve al lugar donde ascendió este pasado verano. El último partido del año no es sinónimo de buen resultado para los malacitanos. El Málaga no gana el suyo desde 2015, cuando con Javi Gracia en el banquillo se derrotó al Levante. Aquel partido sirvió para que el Málaga pusiese seis puntos de por medio con el descenso gracias a un solitario tanto de falta de Duda en el minuto 79 de partido. Fue la última victoria del Málaga para cerrar un año.
La mala racha, son cuatro finales de año sin ganar, comenzó con una derrota que trajo cola. El Málaga de Juande Ramos visitaba Sevilla en 2016 en un partido que acabó en goleada para los del Sánchez Pizjuan. Cuatro goles en diez minutos tumbaron a un Málaga que ya perdía 4-0 al descanso. La polémica entre la elección de Boyko y Kameni estaba en todo lo alto y el guardameta ucraniano no tuvo su noche. Sería el último partido del técnico manchego en Liga.
El siguiente curso, el del descenso a Segunda, el Málaga perdió en Vitoria contra el Alavés. Los de Míchel no fueron capaces de acabar el año bien y caían por 1-0 en Mendizorroza. El tanto del partido fue de Munir y el Málaga ya era colista por entonces. Dos partidos después Míchel sería destituido en un cambio que no evitó el descenso.
Ya en Segunda el Málaga no ha sido capaz tampoco de ganar en el último partido del año. En 2018, con Muñiz a cargo del equipo, los boquerones empataron a cero en un partido donde un mal anulado gol de Blanco Leschuck pudo cambiar la historia. El curso pasado fue la gota que colmó el vaso. El Málaga ganaba en el minuto 102 al Lugo cuando un gol de Pita puso las tablas doce minutos por encima del tiempo reglamentario.