El pasado 25 de junio se cumplieron los primeros 31 días de Loren Juarros al mando de la dirección deportiva del club. El primer mes del ‘nuevo’ Málaga.
En cualquier otra entidad deportiva, el primer mes de un cargo tan importante suele ser de adaptación, pero en Martiricos no hay tiempo para ello. Las primeras semanas de Loren Juarros al mando de la parcela deportiva del Málaga CF han sido frenéticas. El burgalés aterrizó en la Costa del Sol con la herida del descenso en carne viva, pero no ha tenido tiempo de lamentaciones. Desde el primer día se ‘remangó’ para confeccionar al Málaga CF, no solo de la temporada 2023/2024, sino a largo plazo.
El ‘nuevo’ Málaga se sustenta en una serie de valores y filosofía de club que busca ‘malagueñizar‘ la estructura. Es decir, incrementar el valor del club de cara a todos los jóvenes que jueguen al fútbol y que vean que la opción del equipo de su tierra es la mejor. La idea es dotar al club de un plan en la parcela deportiva que vaya más allá de fichar nombres. Contratar personas que casen con ese plan.
Otro aspecto que quiere cambiar Loren es el concepto de cueva, del cuál reniega: «Lo primero es que el nombre de ‘La Cueva’ no me gusta nada, eso para empezar. No, no es ninguna cueva, es un departamento más también como te he dicho muy transversal, donde se comparte mucha información con la dirección deportiva, con los entrenadores, con el club«.
Con el ERE irrumpiendo y provocando una reestructuración a todos los niveles, plantilla y cuerpo técnico no serían menos. Loren ya ha firmado cinco futbolistas y aún le queda faena, tanto en clave de salidas como de llegadas. Además, el cuerpo técnico con el que contará Sergio Pellicer cambiará a todos sus integrantes menos a Manolo Sánchez, segundo entrenador, y Julio Rodríguez, preparador físico.
La política de ventas, otro cambio de guión de Loren Juarros. En Martiricos nos hemos acostumbrado a vender jugadores por un precio más bajo del real con la finalidad de hacer caja. A la nueva dirección deportiva blanquiazul esta idea no le convence y pretenden echar el candado a sus jóvenes promesas. ¿Cuál es la llave? La cláusula de rescisión o un precio similar a esta. El caso de Cristian es el más evidente. Clubes como el Osasuna o Zaragoza han querido hacerse con el marbellí pero el club se remite a su cláusula de tres millones de euros.