El empate que cosechó en Almería fue el punto final del Málaga a la temporada. Un curso para el olvido por todo lo que ha pasado a nivel mundial y en los despachos de La Rosaleda. El broche con el que hay jugadores que ya no forman parte de la entidad de Martiricos: Luis Muñoz, Sadiku… Y el plan fallido de Buenacasa. El delantero aragonés llegó en enero a la Costa del Sol y se va sin sentir cómo se celebra un gol portando la elástica blanquiazul.
Trece batallas disputadas a sus espaldas. Una sola titularidad en Vallecas –Sadiku estaba sancionado- que coincide con su mejor partido. A pesar de que no vio portería, realizó un despliegue físico enorme en la primera línea de presión y asociándose con sus compañeros, pero sin premio. Dos tarjetas amarillas y 281 minutos con el Málaga desde su debut en el primer partido de Pellicer a los mandos –victoria por la mínima ante la Ponferradina el pasado 14 de enero-.
Un constante querer y no poder. Las expectativas eran altas. Cabe destacar que por Sergio Buenacasa se han llegado a pelear equipos como la Juventus o el FC Barcelona. Se daban puñetazos por sus servicios. Tras pasar por las filas de ambos, Barakaldo o la cantera del Zaragoza, llegó al RCD Mallorca libre. Desde entonces, de cesión en cesión. Con el cuadro balear recién descendido, es una buena oportunidad de cara a que tenga continuidad en la categoría de plata. El plan fallido de Buenacasa. Y del Málaga.
