Imagínense por un momento que anoche, en lugar de estar viendo el encuentro entre tinerfeños y malagueños por la televisión, hubiesen tenido en sus pantallas un Real Oviedo – SD Eibar. ¿Cuántos de ustedes habrían aguantado más de diez minutos delante del televisor?. Pues con este pequeño párrafo se podría definir el encuentro disputado en el Heliodoro Rodríguez López anoche.
Infumable, pestiño, tostonazo e impropio de la Liga Hypermotion hasta el punto de que ambos entrenadores coincidieron en la rueda de prensa en el análisis del envite: “el peor partido que hemos jugado esta temporada”. Si a ello le sumamos que ni Sergio Pellicer y, aún menos, Pepe Mel son precisamente la alegría de la huerta haciendo declaraciones pues hasta eso fue tedioso e insoportable a la vez. Los malacitanos realizaron su primer disparo sobre la portería contraria a los 42’ minutos del envite.
Los chicharrones asustaron algo más en este primer período pero entonces apareció San Alfonso Herrero para evitar que la nula falta de creación futbolística costase además una dura derrota frente al colista. El penalti fallado por los locales se sumó al cúmulo de desaciertos de un CD Tenerife que más parecía un cadaver deportivo que un equipo de fútbol pese al esfuerzo que los de Pellicer ponían para irse por debajo en el marcador al descanso.
En el segundo periodo más de lo mismo, aunque la presencia sobre el terreno de juego de Manu Molina mejoró el maltrecho ataque blanquiazul pero sin que ello cambiase la situación del encuentro. Cuando Sergio Pellicer quiso ir a por el partido ya fue tarde, muy tarde y encima dejó a Castel junto a Dioni, recién incorporado, para sentar a Antoñito Cordero. Un desatino más de una mala noche. En definitiva, ocho empates en once jornadas disputadas y unas sensaciones nada edificantes para el futuro.
¡MEMORIA, COMPROMISO Y FE!, sobre todo esto último.
