El fútbol se domina en las dos áreas, es el concepto que más simple lo define. En esa terna está el nuevo técnico del Málaga. El mantra de Sergio Pellicer es claro: tener una clara y convertirla en gol.
Ya en su primera etapa se caracterizaba al conjunto malaguista por rentabilizar al máximo las oportunidades y goles a favor. Para ejecutar ese plan hay una clave, la de recuperar rápido en campo contrario.
Estando resguardados en defensa y cortando de forma efímera las intentonas del rival se mantiene la pelota lejos de la meta de Yáñez. lo difícil es la segunda parte, el tener una y meterla.
Para rentabilizar los ataques es fundamental que sean ocasiones claras y que los de arriba tengan la pólvora preparada para marcar. Ahí también entra de nuevo en escena el centro del campo y la segunda línea.
Jugadores como Genaro o Luis Muñoz se sumarían a los ataques desde una posición más difícil de detectar en busca de penetrar la portería rival. En esos nombres se podrían tambier colar otros como Ramón o N’Diaye, el primero ya conocido por el castellonense.
Un plan no apto para cardíacos que constará de tener mucha paciencia y no cometer errores groseros o por desconcentración. Situaciones como la pasada de Burgos y su autoexpulsión están prohibidas para Pellicer y su mantra.