El fútbol es cuestión de artillería y acertar de cara al arco rival. Pese a que Juande marcó el 0-1 con uno menos ante el Sporting, el ejército blanquiazul solo ejecutó tres lanzamientos buscando la portería defendida por Mariño, la peor cifra en lo que va de temporada. Este es el síntoma de la fragilidad en el conjunto de José Alberto lejos de La Rosaleda, donde el Málaga se queda sin balas.
Repasando cifras, el estreno liguero contra el Mirandés en Martiricos propició todo un bombardeo con hasta 23 golpeos. Una tónica que continuó como local frente al Alcorcón (19) y al Girona (14). Sin embargo, a los boquerones les castiga con demasía la falta de creación ofensiva como visitante: tan solo siete probaturas en Ibiza y ocho en Ponferrada. El único encuentro en el que se vio más, y correspondido con la mejor versión a domicilio, fue en Almería (17).
Tirando de calculadora, la pistola en la que el técnico asturiano tiene el dedo sobre el gatillo suma un total de 91 lanzamientos totales en siete jornadas -no solo entre los tres palos-, lo que significa una media de 13 ejecuciones por partido. Dos caras muy dispares en la moneda y, aprovechando el regreso a casa, el Málaga deberá abrir otro cartucho más para el cargador del revólver, porque se está quedando sin balas.
