La Rosaleda vivió una gran remontada el pasado viernes ante el Lugo. El Málaga, sin público en la grada, levantó dos goles en contra para acabar sacando un punto ante el cuadro de Nafti. Los de Sergio Pellicer siguen con esa euforia que te da rescatar un partido que todos daban por perdido. Y es que hacía un año que el conjunto boquerón no era capaz de levantar un resultado tan adverso. De hecho, se trata de la primera vez esta campaña que los malaguistas no pierden un partido que Labán comenzado por detrás en el marcador. La temporada pasada sí consiguieron levantar un gol contra el Numancia. Pero dos tantos hacía un año que no ocurría.
La última gran remontada ocurrió con Víctor Sánchez del Amo. El técnico madrileño consiguió dar la vuelta al marcador contra el Elche. Fue el pasado 24 de noviembre de 2019, un mes antes de que acabase abandonando el banquillo de Martiricos. El Málaga perdía 1-3 en el minuto 75 y los goles de Sadiku y Antoñín empataron en cuatro minutos el partido. Con Muñiz en el banquillo, y ya en la temporada 18-19, no se vivió ninguna heroicidad.
Hay que irse al año del descenso para vivir otra de esas tardes mágicas en La Rosaleda. Con Míchel en el banquillo, el Málaga levantó un partido imposible ante el Athletic de Bilbao el 23 de septiembre de 2017. Paul Baysse y Rolán dieron la vuelta a un 1-3 entre los minutos 80 y 85. Una de las pocas alegrías que los malacitanos se llevaron ese curso. El Málaga no había ganado todavía y aquel empate supo a primera victoria. Todas estas remontadas tuvieron público en las gradas. Esta última ante el Lugo tiene un valor añadido. Se trata de la primera gran remontada que La Rosaleda vive sin aficionados alentando al equipo.
Pellicer lo tenía muy claro ante los medios. “Con la afición habríamos hecho el tercero. Con la pasión de la afición y alma lo hubiéramos marcado. Ellos nos dan el plus que necesitamos”, explicaba el de Castellón. Un sentimiento que tuvieron muchos aficionados y que en redes sociales fue un clamor en dos vertientes. Los que hablaban del posible tercer gol y los que lamentaban haberse perdido tan emocionante momento.