Le gusta a Sergio Pellicer estudiar con precisión quirúrgica a los rivales. Y el Logroñés, un rival con muchas pieles, no podía ser menos. En su análisis, ojo, el entrenador del Málaga reconoce que los riojanos pueden sorprender. «Les costó adaptarse a la categoría, pero un equipo que consigue seis victorias seguidas no es por cuestión de suerte, sino de trabajo».
Y ese buen trabajo, para el míster malaguista, tiene una gran base. «Los jugadores conocen al entrenador, subieron con él a Segunda. Maneja varios sistemas, se sabe recomponer durante el partido, tiene claro cuándo salir con el balón, cuándo apretar, las acciones a balón parado. En este último tramo le han penalizado ciertos errores individuales, pero tiene 24 profesionales, muchas rotaciones, y no sabemos qué manera nos vamos a encontrar. Esa diversidad le hace peligroso«.
Si bien es cierto, y así lo ha reconocido el propio Pellicer, que últimamente ha bajado su nivel. «Por circunstancias, tras el partido de Mallorca, pasó el Tourmalet que todos pasamos y no se ha sabido recomponer a nivel de resultados y rendimiento juego. Tenemos que estar preparados para saber sufrir, en casa nos tenemos que hacer fuertes, como si tuviéramos las 30.000 personas alentándonos«.
Es, por tanto, el Logroñés, un rival con muchas pieles ante el que habrá que saber adaptarse si se quiere ganar como local dos meses después.
