Se respira aire puro en Martiricos. La victoria por la mínima sobre el Castellón resalta por encima de lo demás, pero no todo fueron buenas noticias. Las lesiones pidieron protagonismo en el vestuario malaguista. Apenas pasaron unos instantes desde que ingresó en el verde -precisamente, por Ismael Casas, quien tuvo que retirarse lesionado-. El extremo marroquí se dispuso a correr en un contragolpe comandado por el pase mayúsculo de Cristian, pero no pudo. El cuerpo le dijo basta. Apuntaba alto en el comienzo del curso. No será posible. El calvario de Hicham.
A falta de pruebas médicas que lo confirmen, los problemas del marroquí apuntan a recaída. Un par de semanas de baja y siendo optimistas. La falta de efectivos en el fondo de armario de Pellicer es el gran problema que se multiplica exponencialmente cuando las lesiones tocan a la puerta. El canterano malaguista era una de las opciones para ser titular en Castalia. Del todo a la nada.
Con la marcha de ‘Tete’ Morente, se le presentaba el escenario perfecto. Un jugador que no tiene su reflejo en la plantilla. Propone registros diferentes a lo que hay sobre el tablero boquerón. El que puede girar la tortilla como revulsivo -que se lo digan al Dépor-. Falta el sustituto que haga olvidar en el malaguismo al nuevo futbolista del Elche. A falta de ello, se presenta un problema en la mente de Pellicer. Tendrá que seguir reforzando la sala de máquinas con Ramón Enríquez de cara al choque frente al Alcorcón en La Rosaleda. Todo sea por tal de que la lesión de Hicham sea lo menos grave posible.