Más allá del polémico gol anulado a Genaro el curso pasado, la visita a Huesca de los blanquiazules dejó imágenes para el recuerdo. La caza al canterano blanquiazul. El Alcoraz fue un duro freno a la irrupción de Kevin Medina. El jugador que venia de ser una de las grandes sensaciones del Málaga de José Alberto fue objeto de siete faltas. Muchas de ellas con gran dureza que incluso dejaron malherido el tobillo del actual atacante del Gil Vicente.
Para muestra un botón. La falta dura de Buffarini le pudo destrozar el tobillo. Ahí le dejó secuelas y a partir de esa falta que acabó sin amonestación, las molestias y dolores hicieron desaparecer al jugador de La Academia. Casualidades o no, Gálvez Rascón no mostró cartulina alguna en esa acción y volverá a ser el colegiado que dirija el encuentro de los blanquiazules este domingo en el Alcoraz. En el VAR estará otro viejo conocido para el malaguismo como Vicandi Garrido.
No fue esa la única falta que recibió el del Llano de la Trinidad. Acabó dolorido, sustituido en el minuto 84 y objeto de hasta siete faltas. La siguiente jornada ya tuvo molestias y no pudo jugar de partida frente al Lugo, sí tuvo minutos ya a la fecha siguiente ante el Oviedo, pero acabó también sustituido por los dolores en la zona. Tampoco hubo piedad en el Carlos Tartiere y fue ‘cazado’ por los defensores asturianos. Eso sí, todo comenzó en Huesca. El Alcoraz, el duro freno de Kevin
