Ha sido el primer partido en La Rosaleda tras la reanudación de LaLiga. Y como tal se han visto cosas nuevas, a las que cada aficionado se tendrá que acostumbrar. Imágenes que serán habituales al menos en lo que queda de temporada. Como la de los jugadores del Málaga y del Huesca guardando la oportuna distancia social.
Sin embargo, no ha sido la única distancia que se ha visto en el partido. La calidad en el remate ha sido clave para que los de Míchel se impongan a los de Pellicer. Basta con ver los remates de Ferreiro -el primero en el partido de los oscenses- y sobre todo el de Rafa Mir, aprovechando su envergadura para imponerse a Mikel Villanueva y a Munir.
Como distancia, separación o diferencia también ha existido en la profundidad de banquillo. En el Málaga, Pellicer se ha visto obligado a convocar a nueve futbolistas del filial, de los que terminaron jugando 4. En el Huesca, el cambio del citado Rafa Mir por Okazaki ha sido clave. El punta valenciano provocó la expulsión de Lombán y sentenció la victoria de los suyos.
Distancia social en el Málaga-Huesca y distancia deportiva que está más clara mirando la clasificación: el Huesca lucha por el ascenso y se ha puesto a 2 puntos del Zaragoza y a 3 del líder, el Cádiz; y el Málaga mira hacia abajo y vuelve a complicarse la vida después de sumar su segunda derrota consecutiva en casa. Antes del parón ya perdió ante los de Víctor Fernández.