13 de enero de 2019. Eran las cinco menos diez minutos de la tarde, faltaba una hora para el duelo que aquel día compartía hora con el de hoy. Jornada 21 de la temporada 2018-2019 en Segunda División y Muñiz en el banquillo del equipo de Martiricos. En frente, el Zaragoza en La Romareda. Fue en ese momento cuando la alineación del Málaga se hizo oficial. Los blanquiazules venían de uno de los ridículos más duros de su historia cuando perdió 0-3 con el Reus días antes de que estos dejarán de competir por impagos. Una derrota dolorosa que todavía escuece en la Costa del Sol. Aquel día Muñiz fue valiente y castigó a medio equipo en La Romareda por aquel desastre.
Cuatro titulares del partido ante el Reus se fueron al banco, tres de ellos figuraban como futbolistas con más minutos de la plantilla. Muñiz sacó el látigo. Una hora de análisis sin ver jugar al equipo. Una hora para intentar averiguar qué tenía preparado el asturiano con Hugo Vallejo y Keidi Bare en el once. Una apuesta arriesgada que acabó saliendo bien al preparador asturiano que se llevó el partido con goles de Fede Ricca y Adrián González.
La vida ha cambiado mucho. Algunos pidieron el regreso del asturiano, pero por desgracia ahora mismo no puede ser. Muñiz no terminó aquella temporada en la que el Málaga acabó siendo eliminado en los playoffs del ascenso a Primera por el Dépor que semanas antes había destituido a Natxo González. La vida es así, que se cruza para poder contar historias de los Zaragoza – Málaga en la que los personajes se cruzan. La de hoy tiene que ver con el día en el que Muñiz castigó a medio equipo malaguista en La Romareda. Un partido que pasó desapercibido pero que fue un órdago muy sonado en Martiricos.
Actuaciones así hicieron que el Málaga pasase de arrancar como un tiro la temporada a no ganar un partido en meses. Y es que hoy en día, al menos en los equipos pequeños los jugadores ponen y quitan entrenadores porque saben que la situación precaria de los clubes no les permite cargarse a los verdaderos culpables. Los jugadores tienen secuestrados los clubes. Se ve que sus astronómicos sueldos y sus vidas privilegiadas no les parecen suficientes.
Lo que haga falta para cambiar el desánimo de los jugadores y la mala racha de resultados por falta de actitud y falta de concentración.
Ojalá veamos hoy a otro Málaga más concentrado, más organizado en defensa y un poco más efectivo en ataque.
Vamos Málaga!.