El Málaga CF vuelve a sumar un empate más (0-0). Este, más amargo que los obtenidos ante el Deportivo de la Coruña y el Cádiz. Sobre todo por la última acción del partido. Antonio Cordero erró un penalti en el minuto 104 tras una gran intervención del ex malaguista Aarón Escandell. CRÓNICA | Escandell pone fin al hechizo malaguista y amarga la fiesta en La Rosaleda.
El técnico malaguista optó por introducir tres cambios en su once con respecto al de Cádiz. Los elegidos fueron Alfonso Herrero, Carlos Puga, Álex Pastor, Einar Galilea, Víctor García, Izan Merino, Manu Molina, Dani Lorenzo, David Larrubia, Kevin Medina y Dioni.
La primera parte no fue cómoda para los boquerones. El Real Oviedo, con un Santi Cazorla a medio gas que dirigió el partido como quiso, no asedió a los malacitanos pero si tuvo un ligero dominio sobre el juego que tradujo en ocasiones. En el minuto 13, los ovetenses tuvieron una ocasión muy clara. En una acción de córner, la estrategia de los de Calleja surtió efecto y provocó el remate de Moyano dentro del área que Manu Molina tuvo que despejar sobre la línea. Siete minutos más tarde, nuevo aviso de los de Calleja. Mismo protagonista, Moyano realizó un buen control dentro del área que sacó de la jugada a Puga. El extremo definió a puerta y Alfonso Herrero contestó con una parada con su pie.
Cumplida la media hora de un partido aburrido, Sibo trató de abrir la lata cob un disparo desde la frontal que atajó el meta malaguista sin mayor problema. La réplica malaguista llegó en las botas de David Larrubia. Contraataque boquerón entre el ’10’ y Dioni que el primero finalizó con un disparo con su pierna zurda desde la frontal que atajó Aarón Escandell. En el minuto 38, Carlos Puga recibió la primera cartulina amarilla del partido. Al filo del descanso, Carlos Pomares tuvo que abandonar el encuentro por problemas físicos. Entró Rahim en su lugar. Poco más que destacar de una primera parte en la que la amenaza de siesta fue la más peligrosa.
Al descnaso, Sergio Pellicer decidió introducir un doble cambio. Entraron tanto Aarón Ochoa como Jokin Gabilondo por un Dani Lorenzo muy gris y el amonestado Carlos Puga.
El primer aviso de la segunda mitad llegó por parte de los visitantes. Alemao probó un golpeo con su pierna derecha dentro del área pero con poco ángulo. Alfonso Herrero la repelió sin muchos problemas. Un minuto más tarde, el mismo delantero brasileño se fue al suelo dentro del área tras un derribo de Manu Molina. El colegiado Sesma Espinosa no señaló la pena máxima. Pasada la hora de partido, doble cambio en el Ovieod y uno en el Málaga. Por parte de los asturianos, La Rosaleda se puso en pie para ovacionar a Santi Cazorla, que fue sustituido por Seoane. También se retiró Colombatto por Hassan. En el banquillo malacitano, Castel entró por Kevin. Alemao lo intetó de chilena pero se le marchó alta. El Málaga CF seguía sin reaccionar y sin tomar protagonismo en el partido.
Pero los de Martiricos no se quedarían sin responder. Dioni estuvo a punto de hacer el gol de la jornada con un envenenado disparo con su pierna izquierda desde la frontal del área que Escandell rozó con sus dedos y sacó de la escuadra. Más cambios en el equipo local. Pellicer mantuvo a los dos puntas y retiró a Larrubia para dar entrada a Julen Lobete. Como es habitual cada semana, Alfonso Herrero dejó su milagro. Contragolpe de los de Calleja y Hassan se plantó delante del portero boquerón. Definió con su pierna izquierda abajo y el toledano sacó un pie milagroso. En el 83′, Cordero entró por Dioni.
El partido se le pudo ir al Málaga CF en el descuento hasta en doble ocasión y en ambas intervino Paraschiv. El jugador del Oviedo tuvo dos oportunidades claras delante de Herrero que mandó fuera. Sobre todo, la segunda en la que el balón rozó el palo izquierdo del arquero malacitano. Pero es que no hay partido del Málaga que no acabe con un drama. Corría el minuto 99 de partido cuando Einar Galilea fue agarrado dentro del área por Calvo. El árbitro no decidió pitar penalti, pero intervino el VAR y, tras revisarlo en la televisión, lo señaló. Antonio Cordero fue el elegido, como pasó contra el Albacete, para tirarlo, pero Aarón Escandell, con una gran parada, se encargó de que el resultado no fuera el mismo.
