Conoce a Capa, un analista con mucha historia

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Capa es el analista del primer equipo
Capa es el analista del primer equipo

José Antonio de la Torre Caparrós ‘Capa’ (Málaga, 1979) es otro ejemplo de los muchos que hay en el Club de hombre de la casa. Repasamos su vasta etapa como jugador filial, su paso por el Atlético de Madrid, su labor como analista o el lado más humano de nuestro entrevistado de hoy.

Es tu segunda temporada como analista del primer equipo, pero tu historia con el Club comienza hace mucho tiempo…

En el Málaga estuve desde los 14 años hasta los 23 años, que salí ya del Málaga B. Estuve varias temporadas entrenando con el primer equipo, hice alguna pretemporada, pero no llegué a debutar. Solo (jugué) en partidos amistosos. Estuve casi seis temporadas. A partir de ahí salí del Málaga y estuve jugando en distintos clubes de Segunda B hasta que me retiré a los 30 años.

Posiblemente, tu mejor recuerdo de canterano sea el ascenso a Segunda División con el Málaga B y como capitán, ¿no? 

Fui jugador de ese año que se ascendió con Tapia. Empezábamos en Tercera, yo tenía un contrato largo y era mi último año. Había jugado muchos años en Tercera y forcé un poco para salir del club, porque el primer equipo no contaba conmigo. Me fui a Pontevedra, y estando allí desapareció el Granada 74 y ascendió el Málaga B. El Málaga forzó otra vez para que volviera. Y vine cedido del Pontevedra y ascendimos. Al final no me pude quedar y volví a Pontevedra. Está claro que mis mejores recuerdos están en casa, fue una temporada espectacular.

Por si no lo sabías, conservas el récord de futbolista con más temporadas jugadas en el actual filial malaguista.

No lo sabía, pero tenía claro que de los que más, seguro. En esa época necesitaban ascender el filial a Segunda B y se hizo un esfuerzo durante dos o tres temporadas. Yo en el primer equipo tenía poca cabida, intentaba salir pero no me dejaban porque querían ascender al filial. Estuve hasta los 23, pero en casa, a gusto y en mi equipo. En un solo año ascendimos de Tercera a Segunda, la pena es que venía cedido del Pontevedra y ellos también apretaron para que volviera; el Málaga tenía jugadores buenos en mi posición y no me volvieron a fichar. Me subieron muy pronto, en la cantera era internacional en categorías inferiores y el primer año juvenil ya había debutado en el filial. Fueron bastantes temporadas.

Te retiraste del fútbol siendo joven. ¿Por motivos físicos? Suponemos que, además, tenías claro que querías formarte para seguir vinculado a este mundo en otra faceta.

Me retiro por un cúmulo de cosas. Los dos últimos años tuve problemas de lesiones y fue cuando económicamente el fútbol en Segunda B dio un bajón muy grande. Yo nunca había tenido problemas de no cobrar, y esos dos últimos años me dejaron a deber casi ocho y cuatro meses. Eso sumado a que todo ese tiempo he estado estudiando. Soy informático de profesión, y tuve la oportunidad de trabajar como informático todas las mañanas. Eso hizo que lo dejara y empezara a trabajar de informático a los 30 años. Me saqué los tres niveles de entrenador, y mi idea era trabajar por las mañanas y por las tardes quitarme el gusanillo entrenando. Empecé a entrenar juveniles en El Palo, el primer equipo ascendió a Segunda B y me llamaron para ser segundo entrenador. A raíz de ahí me enganché otra vez, me salió la oportunidad de irme al Atlético de Madrid, dejé el trabajo de informático y me reenganché al fútbol.

Regresas al Málaga tras militar en el Atlético de Madrid. ¿Cómo fue trabajar en un club de esa dimensión? ¿Tu labor era similar a la que tienes aquí?

Rafa Muñoz, primer entrenador de El Palo, firmó por el Atlético de Madrid como ‘scout’. Yo estaba bien aquí, tranquilo, y a los meses hubo una vacante en el primer equipo como analista de rivales. Allí hacía lo mismo que aquí, lo único que allí hay cuatro analistas: tres de rivales y uno de equipo propio, y quedó una vacante de rivales. Me entrevistaron y fui el elegido, y me encargué de todos los rivales del primer equipo, como aquí. Estuve cuatro temporadas (la tercera como analista de equipo propio). Pero la familia estaba en casa y se me hizo un poco largo, viviendo en Madrid y la familia aquí; mi mujer tiene aquí su trabajo y los niños ya mayores en el colegio. Tuve la oportunidad de venir aquí y no me lo pensé dos veces. Fue una experiencia espectacular, como analista de rivales vi los mejores estadios de Europa y en directo a todos los rivales del Atleti. Y el último año viajando directamente con el primer equipo.

Hace poco hablamos con Capote y nos dijo que no para estos días. Tú tampoco, ¿no?

No, los que trabajamos en el ordenador todo el día… al final es lo mismo. Ahora incluso tengo más tiempo para trabajar. Antes tenía que grabar el entrenamiento y hacer más cosas de entrenador que de analista. Estamos, por un lado, adelantando algo de rivales preparando algunas cosas por si se reanuda LaLiga, que yo creo que sí; y, por otro lado, todas las necesidades de ayuda a los preparadores físicos a montar los vídeos que hemos estado colgando, las videoconferencias… Al final, el analista no solo tiene que saber de fútbol, sino controlar las nuevas tecnologías. Tenemos que hacer de todo y, en estos momentos, no paro. Aprovechando este parón, también estamos haciendo cosas de equipo propio, aunque son más el míster y el segundo los que inciden más, pero no solo hacemos rivales.

Se habla de automatizar el modelo de juego para que el futbolista absorba el estilo que quiere el cuerpo técnico. ¿Cómo preparáis esos vídeos específicos? ¿En qué aspectos incidís?

Incidimos, por un lado, en explicar qué es lo que quiere el míster de los jugadores. Tanto individual como colectivamente. Se hacen estudios de la fase ofensiva y defensiva, tanto por líneas, defensiva, centrocampistas y de delanteros, en ataque y defensa; y comportamientos individuales ante determinadas situaciones. A grandes rasgos, explicar cómo quiere (Pellicer) que el equipo juegue de manera más visual que explicarlo en el campo. Ahora que los jugadores tienen más tiempo, que se vean con ejemplos de partidos que ya hemos tenido, que es lo ideal.

Tu trabajo, ‘a la sombra’, es muy valorado. ¿Sientes ese respeto profesional hacia ti?

Sí, me siento valorado. La figura de analista cada vez tiene más importancia. Hace unos años no se daba tanta importancia a las nuevas tecnologías y está en alza. Por otro lado, ha coincidido que vengo a mi casa y conozco a todo el mundo, utilleros, médicos… Al final no solo me tratan como Capa profesional, sino como Capa amigo. Más contento no puedo estar, sí que me siento muy valorado y respetado.

En el ámbito personal, ¿cómo es Capa? Qué te gusta hacer fuera del fútbol en tu tiempo libre.

Aparte de ser un poco ‘friki’ del fútbol, por mi profesión, me gusta pasar mucho tiempo con mi familia. Tengo dos niños, un niño y una niña, ya son adolescentes y estamos en un momento bueno para hacer un montón de actividades. La pena es que estamos encerrados, pasándolo de otra manera. En casa con juegos de mesa, con el hijo jugando a la ‘play’, de todo un poco. Me gusta cuando puedo hacer algo de deporte, aunque acabé ‘tocaíllo’ de haber sido futbolista. Y como la mayoría de personas, ver series, el cine me gusta mucho, oír música…

La actualidad marca nuestra última cuestión. ¿Volveremos pronto a la normalidad? ¿Qué sensación tienes?

A medida que pasa el tiempo va siendo uno más optimista. En Málaga parece que estamos haciendo las cosas medianamente bien. Es una cosa complicada, que requiere bastante tiempo, pero al final todo se normalizará, espero. En cuanto a LaLiga, se están barajando varias posibilidades. Ahí no soy tan optimista, porque a los jugadores hay que cuidarlos porque son los que mueven esto. Se les tiene que dar una seguridad que, por lo que se habla, está complicada. El tiempo lo dirá y entre todos tenemos que sumar para que esto lo pasemos lo mejor posible. El fútbol es secundario, y lo importante es esta situación tan grave que estamos pasando. Están muriendo muchas personas y el fútbol no es todo.

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