Fue una de las principales novedades en el once inicial. El ’15’ volvía. Antoñín dio muestras de que está con ganas de montarse en el tren que anda en marcha. No hay muchas oportunidades en la élite, pero hoy sí firmó una buena actuación en La Rosaleda. Antoñín y la primera vez. La primera vez que superó a rivales, la primera vez que encaró y se mostró más vertical. La primera vez que transmitió en el verde el peligro que se le exige. La primera vez que mostró detalles de clase. La primera vez y que sean más.
Voluntarioso y participativo. No hay que negar que a Antoñín se le hizo cuesta arriba el tramo inicial de competición. Llegó y jugó en las tres primeras fechas del calendario: Ibiza, Alcorcón y Almería. Sin apenas pretemporada y sin tiempo de conocer más a la plantilla.
No llegaron los resultados ni tampoco su mejor nivel. No terminó de encajar y le tocó vivir de primera mano el momento más gris del Málaga CF. Su escasa aportación ofensiva y el debate en torno a su rendimiento salía a relucir.
Ni como delantero ni como extremo. Antoñín no arrancaba. Mientras, veía como Kevin Medina u otros jugadores le pasaban. Visto lo de hoy, si mantiene esta aportación en el verde, el jugador está cerca de ‘renacer’ y de participar más en la pizarra de José Alberto. Casi ve puerta en la segunda mitad y acabó ovacionado por La Rosaleda. Su mejor partido desde que regresó cuál hijo pródigo. Antoñín y la primera vez.