Para mí sería muy fácil iniciar este artículo con muchas cuestiones que plantearé al final del mismo. Sin embargo, quiero empezar con lo más elemental: con un grupo de futbolistas que, en algunos casos, sin la calidad suficiente para estar en la Primera División, es capaz de plantar cara a sus rivales durante buena parte de los encuentros. Es únicamente culpa del planteamiento táctico y la disposición de los jugadores sobre el terreno de juego.
Esas estribaciones sobre el césped que, a veces, parecen aguas movedizas para el rival porque se mueven, las ha colocado ahí el madrileño. Pero por ahora, con un equipo destrozado en su columna vertebral y cuyos sustitutos, llamados a suplir las vértebras rotas, aún no han logrado encajarse adecuadamente entre sí, poco más le puedo pedir al entrenador. El equipo aguanta medio tiempo y con dificultad.
Es evidente que no tenemos buenos extremos, salvo Ontiveros, capaces de centrar desde una u otra banda. Está claro que nuestra defensa es flojita y que, a excepción de Roberto, no hay nadie con jerarquía para ordenarla. Kuzmanovic y Recio distan mucho de ser Camacho y Pablo Fornals. A lo que no ayuda, esto sí es culpa de Míchel, un Adrián perdido donde está jugando ahora. Borja Bastón lo intenta pero atraviesa una sequía goleadora preocupante. En Nesyri no es un futbolista para la Primera, al menos de momento.
Así que con este galimatías me niego a culpar al entrenador. Sí culpabilizo a Francesc Arnau porque su gestión es un desastre absoluto. No haber fichado a Alexis, Amrabat, Antunes o a Calleri -vaya traje le hizo a Diego González toda la noche- es una temeridad viendo lo que ha traído. Eso sin entrar en otras consideraciones.
Retirar pancartas al Frente Bokerón antes de un encuentro en las que no hay un solo insulto es un ataque a la libertad de expresión. Y España es un país libre y democrático. Resulta curioso que la temporada pasada sí pudiesen colocar una de más de 18 metros para meterse con un servidor y en esta ocasión los responsables del club, vaya usted a saber cuáles porque ni el presidente ni los consejeros ni Joaquín Jofre estaban anoche en el estadio, les prohibiesen colocar las que llevaban.
De poco sirvió porque tras el esperpéntico partido de anoche la grada entera coreó un "Al Thani, vete ya", que debió escucharse hasta en Catar. El máximo mandatario del club es el único responsable de su descapitalización y de una desamortización que ya pasa factura sobre el terreno de juego. También de enfrentarse a los medios de comunicación, a su afición y de descalificar a algunos de los profesionales de la entidad malaguista. Míchel es la única persona del club reconocida y con prestigio en el fútbol español y con caché internacional. Si le cesan o se marcha, el Málaga CF no tendrá ningún asidero al que agarrarse.
Para terminar, anoche fui insultado una vez más en las gradas del estadio de La Rosaleda donde presencié el partido. Si las cámaras vigilan de verdad las gradas será muy fácil para mí poder denunciar al "valiente" que me insultó aprovechando que estaba rodeado de menores de edad y salió corriendo después. Su frase es muy habitual entre este tipo de personajes: "ya has conseguido lo que querías, hijo de p…".
Lo hizo en las postrimerías del encuentro, poco después de que la grada corease la frase contra el presidente malaguista. Pero en fin, es lo que hay en estos tiempos blanquiazules donde este hijo de p… confía en Míchel para que haga otro milagro deportivo.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.
