Ríos de tinta, y lo que aún queda por venir, se han derramado en los últimos seis años por la demanda de Jamal Satli Iglesias, máximo exponente del grupo hotelero BlueBay, contra el presidente del Málaga CF, Abdullah Bin Nasser Al Thani. La base del demandante es clara: el 49% de las acciones que posee el catarí del cuadro malaguista que en su día le vendió éste a cambio de un prestamo de poco más de dos millones de euros a la sociedad malaguista que controla el porcentual restante del club. Por medio, la cesión de la gestión del conjunto costasoleño y un patrocinio de BlueBay para justificar el préstamo y evitar que la LFP y Javier Tebas llevasen al Málaga CF a un descenso administrativo por impagos y luego a su desaparición por insolvencia económica punible.
Gonzalo Hervás, director general de BlueBay y principal ideólogo del Puerto Deportivo de Cancún (México), y director protector de su desarrollo -total, para los palmeros del jeque un “meapilas”-, se puso manos a la obra. Con Moayad Shatat, mano derecha de Al Thani y hombre fuerte del club en su ausencia, lograron convencer a la Hacienda pública, con su dirección general en Sevilla, a Tebas y a la RFEF, que la entidad de Martiricos, con un pasivo de casi 100 millones de euros, sin ingresos para pagar la deuda y con compromisos financieros similares a la temporada siguiente, era viable.
Cómo lo consiguieron sólo pueden saberlo ellos. Si tuvieron que mover cielo y tierra, sus contactos con altos cargos del Gobierno central o municipal de Marbella, Málaga o Madrid, incluso con casas reales y, también, en la Junta de Andalucía con la Bajadilla, el puerto deportivo de transfondo, donde ya eran socios de un tal Al Thani, que sin embargo declaró ayer en el juicio civil que no conocía ni a Jamal, ni a Gonzalo.
A estas alturas de la película ya importa poco. Incluso si a los eruditos de la economía en las redes sociales les parece poco o mucho que se quedasen con el 49% de las acciones del presidente blanquiazul por poco más de dos millones de euros. ¡Qué más da ya! Dos millones de euros o cincuenta, sólo aquel que verdaderamente lo necesita sabe lo que representa que otra persona te preste aquello que precisas para la supervivencia económica, para seguir vivo y adelante pese a las circunstancias.
La única verdad de todo este embrollo es que seis temporadas después, y pese a tener que hacerlo en la Liga 123, este domingo gracias a BlueBay, tal y como ha quedado constatado en el juicio civil, tendremos un partidazo en La Rosaleda. Málaga-Deportivo, dos históricos frente a frente. La Bombonera a reventar, la afición movida por la grada de animación, dispuesta a recibir al equipo como en las grandes citas blanquiazules y toda la ciudad soñando con el retorno a la Liga Santander. Hasta que sepamos qué va a dictaminar su señoría, esta es la única preocupación que la afición debe de tener: FÚTBOL, FÚTBOL Y MÁS FÚTBOL.
Por mi parte, tras la vista oral, quedo con la conciencia bien tranquila por el trabajo desarrollado en torno a este affaire por parte del equipo que me digno en dirigir en Radio Marca Málaga. Agradecer el excelente trabajo de César Suárez y Juanje Fernández, la confianza del director de Radio Marca a nivel nacional, Edu García, siempre a nuestro lado en los peores momentos. Y, sobre todo, al director de MARCA, Juan Ignacio Gallardo. Sólo él y yo sabemos de la odisea que ha supuesto contar la realidad de los hechos. Las amenazas directas, las veladas junto a los desatinos y desmanes del jeque Al Thani contra nuestro grupo de comunicación y contra mi persona. ¡Muchas gracias!, señor director, por su profesionalidad pero sobre todo por su confianza en Suárez y servidor todos estos años. Encantado de ser tu amigo, Juancho.
Agradecer también a nuestros clientes su permanente apoyo pese a los momentos más críticos de este triste tiempo blanquiazul. En los dos últimos años, a medida que se acercaba el juicio civil, todos hemos sufrido algún ataque inmoral e incomprensible de determinadas personas escondidas en el anonimato de las redes sociales. Y, como siempre, los últimos serán los primeros. Eternamente agradecido a los oyentes y lectores de nuestra casa. Gracias por estar ahí. Cada día, cada semana, cada mes y cada temporada que nos habéis acompañado han sido motivo de orgullo y satisfacción para saber que hacíamos lo adecuado contando lo suficiente para salvar al Málaga CF de una nueva desaparición. Sin vuestro apoyo habrá sido imposible seguir.
Permitidme una licencia personal. Este viernes en el que nuestro amado deporte, léase el fútbol, ya vuelve a pegar a la puerta como cada fin de semana quiero acordarme de mi esposa Asun y de nuestra hija Miriam. No se merecen el sufrimiento que les hago pasar cada vez que junto a mi equipo de redacción abanderamos solitos una carga como el affaire de BlueBay contra Al Thani, o noticias similares. Ya lo sé, cariño, y te entiendo, hija mía. Empiezo a estar mayor para estas cosas y no debería meterme en estos “charcos”. Por suerte o por desgracia soy así y os pido perdón. Quizás ha llegado el momento de una retirada a tiempo, que es una victoria, y que disfrutemos todos en familia de lo conseguido tras casi tres décadas y media de trabajo. Ya lo sé. La cuestión es si yo sería capaz de ello.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.