Hoy vuelve el fútbol al estadio de La Rosaleda. Lo hace rodeado de la tristeza, el dolor y la rabia de una ciudad que, como otras de España, ha tenido que decirle adiós a muchos de sus conciudadanos. El dichoso Covid-19 se ha llevado por delante, aún lo hace, a muchos de los nuestros, y desde luego no hemos encontrado consuelo alguno con la gestión de la pandemia de nuestro gobierno ni con sus incoherentes explicaciones.
En lo que al Málaga CF se refiere, de haberse permitido esta tarde la entrada de espectadores, las gradas habrían sentido cómo se nos helaba el corazón con el recuerdo de los que ya no están. Martiricos ha llorado estos meses la pérdida de hijos malaguistas significativos y hoy tendremos el primer partido blanquiazul en varias décadas sin comentario posterior del “Viejo Lobo”, Paco Cañete, que se nos fue hace varias semanas.
Como nos dijo adiós un malaguista desconocido para muchos como fue Lorenzo Sanz, el otrora presidente del Real Madrid, que en su día fue fundamental para la salvación del club costasoleño.
Falleció Joaquín Peiró, el “Galgo del Metropolitano” y uno de los mejores entrenadores que se han
sentado en el banquillo blanquiazul. El malaguismo entero sintió la pérdida como si de un familiar cercano se hubiese tratado. Peiró marcó un antes y un después para el fútbol malacitano y cuando el público regrese a las gradas el homenaje de silencio respetuoso por su muerte se convertirá en un estruenduoso silencio.
Pero es que se nos fue también el alma de la cantera malaguista durante varias décadas y una manifestación de pesar y dolor malagueño y paleño. Al mismo tiempo inundó de dolor las redes sociales y los medios de comunicación. Pepe Sánchez, el malaguista que tanto dio al Málaga CF y que tan poco recibió a cambio.
Así que muchos motivos para la alegría en este regreso del fútbol no tenemos, salvo el propio regreso del deporte rey gracias al extraordinario trabajo de Javier Tebas y la LFP.
Y en este regreso visita La Rosaleda el Huesca, uno de los clubes favoritos para el ascenso, pero con poca consistencia fuera de casa. El talón de Aquiles de los oscenses que pueden aprovechar los de Pellicer para darle una satisfacción a su parroquia, en casa o en los bares, y homenajear a tanto buen malaguista
que verá el partido desde su tribuna celestial.
Descansen en paz todos los que se han ido para continuar en nuestros corazones por toda la eternidad y Dios quiera que este regreso de la competición nos mitigue la pena y el dolor padecidos con una victoria esperanzadora.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.