Si tengo que ser sincero no me ha agradado nada, pero nada de nada, ver a Dani Rovira, uno de nuestros actores de más futuro en Málaga y un monologuista extraordinario, haciendo de sevillano y bético en el film `Ocho apellidos vascos`. Ni un pero a su memorable actuación, pero ya que un directo de cine gira su mirada a Andalucía para mostrar dos realidades de nuestro país, me hubiese gustado que el andaluz fuese malagueño.
Y ustedes dirán, «¿y ésto a qué viene?«. Pues al partido que este lunes verdiblancos y blanquiazules tienen que disputar en el Benito Villamarín con la permanencia en juego.
Los de Schuster, de ganar, pueden asegurar media permanencia y, de paso, casi certificar el descenso de los de Calderón. No será fácil para un Málaga que no anda fino en La Rosaleda y que pese a sus dos victorias recientes a domicilio precisa otra de vez de tres puntos con urgencia.
De ahí mi comentario inicial. Ahora que tenemos a un malagueño de infiltrado bético en las filas verdiblancas, no estaría de más que nos sirviese para algo. Ya sabes, Dani, explícale a Schuster cómo las gastan estos chicos del otro lado del río.