El joven colegiado bilbaíno Vicandi Garrido es un recién llegado a la Primera División, pero aprende rápido. Sabe que la mejor tarjeta de presentación es ayudar siempre al grande, sobre todo si se llama Real Madrid y juega en el Santiago Bernabeu. Conoce también que beneficiar a los de Carlos Ancelotti frente al Málaga suponía allanar el camino al Athletic de Bilbao para que puedan pelear con los blanquiazules por la séptima plaza. Por último, no alberga dudas, pese a su precocidad arbitral, sobre lo fundamental: si soy bueno con los grandes seré premiado con la
internacionalidad más pronto que tarde; si expulso a Mourinho dos veces me echan del arbitraje, como le ocurrió a Paradas Romero.
Pocas explicaciones hay si no para entender por qué no le dio la gana de señalar un clarísimo fuera de juego en el gol de Sergio Ramos, que abrió el marcador, y ayudó a los merengues a ganar el encuentro. De la misma forma que no se entiende su criterio disciplinario tan diferente para los blanquiazules con respecto a los blancos, con lo que perjudicó casi siempre a los primeros. Aún nos preguntamos muchos qué coño, con perdón, pudo ver o no querer ver en la dura entrada de Ramos a Amrabat, que mereció la amarilla y que no fue ni falta estando Vicandi a medio metro de la
acción.
Lo del descuento, cuando más apretaba el Málaga, fue de traca. Con 2-1 en el simultáneo y apretando el cuadro de Javi Gracia, decretó sólo tres minutos por si las moscas. Hubo seis cambios, la lesión de Modric y el tiempo perdido hasta que Cristiano Ronaldo erró el penalti. Increíble pero cierto.
Grande Juanmi. Pocos delanteros pueden decir que en una misma temporada marcan en el Camp Nou y el Bernabeu sin ser de uno de los cuatro grandes de la Liga. Por eso y otras muchas cuestiones le convocó Vicente Del Bosque, por si algunos lumbreras de la prensa madrileña y valenciana no se han enterado aún.
De Samu Castillejo, partido para olvidar. Falló un gol claro y realizó un penalti absurdo. Es mejor no hablar en esta ocasión, su gran temporada así lo merece. Del gol fallado de Sergi Darder nos acordaremos siempre, sobre todo, los que piensan que hay que venderlo este verano.
Y Javi Gracia planteó un gran partido pero creo, humildemente, que se equivocó en los cambios. Buen Málaga, regular Real Madrid, horrible y penoso árbitro.